Por Tomoko Yashiro
Nuestra sabia Mafalda dice: “Como siempre lo urgente no deja tiempo para lo importante…”. ¿No es esta una vivencia diaria que rige nuestra cotidianidad? Lo urgente serían los compromisos de la vida cotidiana, que son importantes para cada momento, pero que no son relevantes para una larga vida. Lo importante sería algo que en un momento de reflexión sobre nuestra vida nos hace pensar que vale la pena dedicar nuestro tiempo y esfuerzos. En algunos libros de auto desarrollo se recomienda revisar nuestra agenda para ver qué porcentaje ocupa lo urgente con respecto de lo importante en nuestra vida diaria. Parece que es muy común reconocer que nuestra agenda está ocupada más por lo urgente, y que el porcentaje de lo importante no es tan alto, si uno no desarrolla el hábito de revisar nuestra forma de usar tiempo.
Escuchar la frase de Mafalda me hizo recordar el concepto de “psicopolítica” del filósofo surcoreano, Byung Chull Hann. El autor menciona que el ejercicio del poder en la sociedad actual, dominada por el consumismo, opera de manera sutil y silenciosa, y penetra en nuestra psique controlándola y explotándola de acuerdo a sus intereses, seduciendo a los individuos para que colaboren con ella de manera voluntaria. Según su planteamiento, nos sentimos libres puesto que somos nosotros quienes participamos voluntariamente en la competencia por aumentar nuestro rendimiento productivo y/o la capacidad de consumir, lo cual no necesariamente nos garantiza nuestra “felicidad”, sino más bien funciona para fortalecer el mismo régimen hegemónico.