Por A. Leticia Uribe M.
Se parte de la base de que la externalización NO es una técnica, más bien tiene que ver con toda una manera de ver las cosas (epistemología).
Esta manera de ver se vincula con el post-estructuralismo, en donde se entiende a la identidad como algo que no es esencia, tampoco es “la capa mas interna” del ser. La identidad se entiende desde el post estructuralismo como algo que se forma de múltiples historias y que se construye constantemente, por lo que no es una estructura estática. La persona entonces no “es” una sola cosa sino que vive diferentes historias y se ve a sí misma de acuerdo a ellas.
En la sociedad moderna hemos aprendido a definirnos por una sola historia (historia dominante) sin considerar otros aspectos o vivencias como parte de esa historia inicial. Esta historia dominante define la forma en que nos vemos y lo que entendemos como nuestra identidad. De esta forma, cuando la historia dominante se define por una situación problemática, el problema se convierte en la definición de la persona, en su identidad, el problema es la persona.
Los problemas se generan en base a la cultura y se ubican en el lenguaje, en las historias que nos contamos acerca de ellos y en la forma en que las contamos. El modo específico en que utilizamos el lenguaje a la hora de contar las historias que nos definen, está íntimamente ligado a la cultura en la que vivimos. Las palabras que utilizamos, el modo en que las organizamos y el significado que les atribuimos dependen en gran medida de nuestro contexto cultural y social, y eso es lo que da forma a esas historias y por lo tanto a nuestra identidad.
La externalización implica ver que el problema y la persona no son la misma cosa; la persona vive un problema. De esta forma utilizar un lenguaje externalizador no es solo una técnica para sacar al problema de la persona, más bien es tomar consciencia de la función que tiene el lenguaje al perpetuar formas de ver el mundo que restringen nuestra identidad.
Si hablamos de que alguien es “miedoso” estamos implicando que el miedo define a la persona y a eso se restringe su identidad, es decir que vemos a la persona y al problema como la misma cosa. Si hablamos de la persona y el miedo, es un principio para separar al problema de la persona y para dar lugar a otras posibilidades además del miedo. Entonces, el primer paso para modificar nuestro lenguaje hacia un lenguaje externalizador es hablar con sustantivos en lugar de adjetivos (una persona con miedo en lugar de miedoso).
Como no es una técnica, la externalización no es algo que se “usa” solo para hablar del problema, sino que es una manera de ver y de hablar de todo lo que hemos aprendido a identificar con lo que somos de manera restringida, como algo “inherente” a nosotros.
“POWER TO OUR JOURNEYS”: Re-membering Michael White
“PODER PARA NUESTROS VIAJES”: Re-cordando a Michael White
Integrantes del Grupo ”Power to Our Journeys”: Jussey Verco & Shona Russell
Las siguientes reflexiones personales son para honrar a Michael y a la contribución que dio a nuestras vidas. También honramos a Brigitte, miembro clave del grupo, quien murió en 2006.
Mem, Sue & Veronika
Diciembre, 2008.
En 1992, el “Community Mental Health Proyect (Proyecto de Salud Mental Comunitario) se desarrolló a partir de las reuniones de discusión entre profesionales de Dulwich Centre, en Adelaide, South Australia, quienes estaban muy interesados en continuar desarrollando maneras colaborativas y respetuosas dentro de la Terapia Narrativa, en su trabajo con personas preocupadas por su salud mental.
El proyecto se inició a partir de tomar contacto con algunas personas que tenían diagnósticos psiquiátricos de enfermedades crónicas, y que a pesar de esto, no habían perdido la esperanza de que sus vidas pudieran ser diferentes. En respuesta a este pedido, los terapeutas involucrados reunieron a los trabajadores sociales y a los cuidadores, con las personas que atendían en terapia particular. Así, el proyecto se echó a andar.
Se establecieron tres facetas en el proyecto: conversaciones terapéuticas, trabajo comunitario y el grupo “Power to Our Jouneys”. Este grupo se había formado en 1994, cuando unos miembros de la comunidad se reunieron regularmente con Michael White. Los integrantes se juntaban con regular frecuencia para brindar apoyo a todos los miembros del proyecto y para conversar sobre los conocimientos que estaban surgiendo dentro de esta forma de trabajo. Muchas personas, dando su tiempo, sus conocimientos, su energía y su entrega, contribuyeron al proyecto Community Mental Health Proyect. En 1999, por falta de fondos, el proyecto terminó formalmente, sin embargo algunos miembros pertenecientes al grupo “Power to Our Jorneys” siguieron reuniéndose para darse apoyo unos a otros y ánimo para seguir.
Las siguientes reflexiones son para dar honor y reconocimiento a la vida y al trabajo de Michael White por su liderazgo en este proyecto.
Michael White trabajó en los servicios de psiquiatría para niños y adolescentes en hospitales psiquiátricos estatales, y por muchos años fue consultor de un gran hospital estatal en Adelaide. Durante toda su vida, Michael mantuvo la obligación de cuestionar los tratamientos que patologizaban las vidas de las personas y siempre se abocó a desarrollar formas de trabajo colaborativas. En su trabajo relacionado a las experiencias psicóticas, la interacción con las personas que habían sido diagnosticadas esquizofrénicas fue una parte muy significativa, ya que juntos revisaban la relación que tenían las personas con las voces. Cuando Michael enseñaba en foros de Terapia Familiar dentro de Australia y en foros internacionales, frecuentemente hacía referencia a los entendimientos alternativos y los conocimientos para la vida, que los miembros del grupo “Power to Our Journeys” habían adquirido con las respuestas que ahora daban a las voces.
La forma en que Michael abordaba el problema, era ofreciendo una perspectiva muy diferente a las personas que oían voces, y que formaban el grupo “Power to Our Journeys”. Este artículo contiene las reflexiones de Mem, Sue y Verónika, miembros de este grupo, reflexiones que se refieren a lo que significó para ellos haber conocido a Michael, haber trabajado a su lado por varios años, en la exploración y desarrollo de entendimientos alternativos de sí mismos y de respuestas saludables en relación a la lucha que enfrentaban.
Este artículo se elaboró cuando Jussey Verco y Shona Russell (1), miembros del proyecto desde su inició, invitaron a Mem, a Sue y a Veronika para que contestaran las siguientes preguntas:
• ¿Hubo alguna parte dentro del proyecto Community Mental Health Proyect, que en particular fue relevante para ti?
• ¿Qué significado tiene para ti el Grupo “Power to Our Journeys”?
• Si le mandaras un mensaje a Michael, ¿qué le dirías?
• ¿Pudieras decir algo de lo significó para Michael el haberte conocido?
¿Hubo alguna parte dentro del Proyecto de Salud Mental Comunitario, que en particular fue relevante para ti?
MEM:
El cuidado, la dedicación y el apoyo de los que trabajaron en este proyecto, y que Michael haya documentado las experiencias de todos los integrantes del grupo fue un aspecto clave del trabajo. (2)
Dignidad. Respeto.
Actos de rebeldía (Rascal’s outings.). Brigitte aún estaba con nosotros. Por asuntos de nuestra salud mental, era muy, muy difícil reunirnos hasta para tomar una taza de café, pero retándonos y dándonos ánimo unos a otros, lo lográbamos. Michael de verdad nos animaba a enfrentarnos al poder y a la autoridad de las voces; nos animaba a honrar y a empoderar nuestros propios conocimientos y a reafirmar los lazos que había entre nosotros. A estar siempre disponible, unos a otros, con la seguridad de que queríamos lo mejor para cada uno de nosotros.
Algunas veces yo llegaba a las reuniones sintiéndome que valía $0.03 centavos y al terminar la reunión, salía sintiéndome ¡cómo de $1,000,000 de dólares!
SUE:
Sentir la unión y el poder que se generaba en las reuniones fue muy importante. Para mi fue un shock que alguien viniera a visitarme, recuerdo que estaba “shockeada” al percatarme de que alguien fuera de verdad un aleado para mi.
El cuidado del equipo cuando me ponía en contacto con otras personas, hacia la diferencia; y si alguien se ausentaba por un tiempo, me integraban al equipo de otro trabajador para estar seguros de que siempre había alguien cerca de mí.
Resaltaba el hecho de que todos los miembros del equipo estaban aprendiendo, nadie tenía las respuestas para vivir mi vida; Michael me enseñó que yo soy el autor de mi vida, esto era verdad y me daba empoderamiento.
Los miembros de Community Mental Health Project y las personas de “Power to Our Journeys” hablábamos el mismo lenguaje; todos teníamos la misma curiosidad y no había jerarquías de poder entre nosotros. Nadie era experto de mi vida pero el grupo me acompañaba en el trabajo de exploración sobre los efectos de las voces y en el reclamo para recuperar mi vida del poder de las voces. En aquel tiempo la confianza en mi vida estaba hecha pedazos y el grupo me ayudó a que esta confianza en mi vida creciera.
VERONIKA:
La reunión semanal con mi trabajador comunitario sirvió para quitarme la presión ejercida por mis dos hermanas. Mi trabajador comunitario, entrenado en Terapia Narrativa, me escuchaba con atención y me hacía las preguntas apropiadas. Esta forma narrativa de preguntar me ayudó a recuperar todo tipo de confianza (después de que por años “las voces” me habían repetido y repetido lo mala que yo era), el respeto a mí misma (al ser diagnosticada como una enferma mental) y me empoderé (para oponerme a “las voces”) en relación a lo que me estaba pasando.
La presencia de Michael White en las reuniones fue muy importante (3). Yo no podía creer que las voces operaban siguiendo un patrón que básicamente era igual al que los otros miembros del grupo experimentaban; Al oír sus relatos me di cuenta que eran de la misma clase de “juegos sucios” que “las voces” usaban conmigo. Las discusiones que tuvimos sobre lo que “las voces” nos decían y las formas de manejo de la práctica narrativa fueron de gran ayuda. En esa etapa la práctica psiquiátrica tradicional no me estaba ayudando, mi primer psiquiatra creía que yo inventaba “las voces” y no quería oír lo que me estaban diciendo, así ¿cómo iba yo a saber manejar los asuntos que surgían?
Otro factor de cambio fue que Michael White me recomendó un psiquiatra que había hecho algunos estudios sobre Narrativa. En mi primera visita me dijo: “vamos a trabajar juntos en este asunto de las voces”.
Tengo una gran deuda con Michael White, con la Terapia Narrativa, con el grupo “Power to our Journeys” y con el equipo de Dulwich Centre que reunió nuestros documentos y entrevistas. Hoy mi calidad de vida ha mejorado a tal punto que ya he podido hacer planes para el futuro.
¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO QUE EL GRUPO “Power to Our Journeys” HA TENIDO PARA TI?
MEM:
Mis experiencias en el grupo han sido: amistad, sentirme entendida, bondad, seguridad, sinceridad, aceptación, amor, cuidado, soporte, lealtad, respeto, buen humor, creatividad y la música que compartimos nos dio honor y empoderamiento. Y lo llevo experimentando desde hace 14 años. Michael fue quien hizo posible que nos reuniéramos y que pudiéramos hablar sobre las voces en una forma respetuosa. El no despreció el contenido de las voces como habían hecho los demás. Cuando las voces trataban de controlar nuestras vidas, nos ayudaba a ver que eso era precisamente lo que nos hacía sentir miserables; otras personas negaban la existencia de las voces y eso nos hacía sentir “enojo” y “locura”. Michael nos preguntaba en forma genuina que decían las voces y si lo que decían nos ayudaba o no nos ayudaba ¿nos servía para la vida o nos la hacía miserable? Michael nos reunía y hablábamos de las herramientas que podíamos usar para recobrar nuestras vidas que estaban controladas por las voces, ponernos nuevamente en el asiento del conductor, del piloto, de nuestra vida. Michael hablaba con nosotros de nuestros propios conocimientos, de lo que éramos expertos en el manejo de las voces. Nos ayudó a reunirnos para incorporar a nuestras vidas, la risa, la travesura, el respeto, la alegría, el humor y la creatividad.
SUE:
Romper el aislamiento. Las voces me decían que yo era la única que las oía pero ¡el grupo “Power to Our Journeys” hizo que estas nociones explotaran!
El grado de camaradería y el sentido de solidaridad en contra de las voces…habíamos encontrado la fuerza para denunciarlas, para exponerlas.
Con sentido de humor y haciendo el papel de famosos entrevistadores de televisión (larrikins). Hablando sobre las voces, supimos de lo que eran capaces y lo que pretendían. El buen humor nos permitió lanzarnos a aventuras que las voces nunca nos hubieran dejado hacer, como por ejemplo ir al museo, o a una galería de arte, o simplemente salir por la puerta principal.
Solidaridad. Hacer los documentos entre todos. Éramos fuerzas aliadas en contra de las voces y junto con el equipo de salud mental comunitario, las voces ni supieron a la hora que les pegamos, ¡no tuvieron chance desde el momento en que nos constituimos equipo!
VERONIKA:
¿Qué significa para mi “Power to our Journeys”?...
Fue algo totalmente liberador. El grupo era el foro para reunirnos con un grupo maravilloso, con personas que tenían experiencias similares, “que oían voces”. Desde el primer momento ya no me sentí aislada y además me reunía una vez por semana con mi “trabajador comunitario” a quien podía decir todo lo que las voces me estaban diciendo y las diferentes situaciones que yo experimentaba. Las cosas empezaron a cambiar, mi vida cambió para mejor. En lugar de solamente escuchar voces destructivas, criticonas y totalmente derogatorias, lo que había venido pasando por muchos años, de repente empecé a oír “voces” amables y que estaban de mi lado. Estas voces amables que me reconocían y me daban aliento para seguir.
En uno de los documentos grupales escribimos: “dar la noticia a las voces: que por más que trataran con sus intentos para capturar nuestras vidas, ya nunca triunfarían”. En el caminar por la vida siempre llevaremos con nosotros el poder de grupo “Power to Our Journeys” y en momentos de tensión y vulnerabilidad cuando las voces nos molesten fuertemente, recrearemos esta experiencia de solidaridad. Esto nos proveerá de gran seguridad y comodidad en la adversidad. (Document 1, Solidarity in “Currents” Newsletter Community Mental Health Proyect and Power to Our Journeys group. July 1997 Vol. 1.)
SI LE MANDARA UN MENSAJE A MICHAEL, ¿QUÉ LE DIRÍA?
MEM:
Me enseñaste muchas cosas. Que soy un ser que vale, creativo y querido. Que soy el autor del camino de mi vida. Que tengo el derecho de respetarme a mí mismo. Que los asuntos de salud mental solamente son parte de lo que soy. Esto es refrescante y alentador en un mundo que todavía opera describiendo a la gente que tiene problemas mentales desde la patología, devaluándola. Me fascinaba volar en avión contigo y con los demás, sentirme tan libre. Esto simbolizaba algo de ti, Michael, ese estar preparado para arriesgarse y emerger, ir a lugares donde nadie había ido, con un sentido genuino de curiosidad, de entusiasmo, de gozo, rompiendo ataduras de convencionalismos para ver lo que puede haber más allá. Hacer todo esto juntos en equipo y compartiendo ideas y ocurrencias en el camino. Aprender de cada uno de nosotros, compartiendo nuestras experiencias. GRACIAS MICHAEL.
SUE:
Yo quiero decirle a Michael que continúo la investigación y las conversaciones que comenzamos. Siempre mostraba curiosidad con un respeto increíble hacia mis puntos de vista. Valoraba nuestros pensamientos y puntos de vista. Junto con el equipo, promovía una historia diferente, una de ser competente y sabio. Era una manera revolucionaria.
Gracias a las conversaciones, los cafés, la risa, el sentirse respetada, el ambiente era sanador. “¿te puedo gritar un café?” (Can I shout you a coffee?). Michael y Zoy Kazan, quien también era miembro del equipo, me enseñaron un nuevo lenguaje que rompió con los viejos modos de pensar y me dio el soporte para verme a mí misma de otra manera. Esto lo hicieron:
• Dando nombre a las voces, reconociendo que éstas eran reales para mí.
• Declarando claramente que el problema ES el problema, yo NO soy el problema
• A identificar el “coletazo” que se experimenta cuando uno se atreve a hablar, a predecirlo y a desarrollar formas de negociación.
VERONIKA:
Después de haber oído, por algunos años, “voces” que destruyen el alma sin piedad, mi sueño estaba continuamente afectado y mi resiliencia había desaparecido. Había perdido toda esperanza de tener un esposo, una familia, y podía sentir advertencias sobre la pobreza de mi carrera. Fue después de un intento serio de suicidio cuando llegaron a mi vida Michael White, la Terapia Narrativa y mi “trabajador comunitario”…Si yo pudiera mandarle un mensaje a Michael, sería un mensaje muy sencillo: “Gracias” por quitar la nube negra de la depresión que “las voces” me causaban y por salvar mi humilde vida.
¿Qué significó para Michael el haberme conocido y haber establecido un contacto, conmigo?
MEM:
Pienso que en una forma muy pequeña ayudamos a Michael y a todos nosotros a mantenernos en el mundo. Yo no entendí algunos conceptos intelectuales de la Narrativa, pero sí sé que Michael nos ayudó a crear un grupo mágico con el proyecto “Power to Our Journeys.” Frecuentemente tratábamos de cosas pequeñas, pero nada era demasiado pequeño, o demasiado grande. Michael exploraba junto con nosotros las ideas que se nos ocurrían y las soluciones creativas para las situaciones difíciles. Hablamos sobre el color amarillo en su vida y en la mía, esto tenía un significado especial para los dos, ya que el amarillo era uno de los pocos colores que Michael podía distinguir.
Michael me animó a tener una exhibición y siempre valoró mis pinturas.
¡No me pidió permiso para desaparecer y todavía hay conversaciones que quiero tener con él!
SUE:
Una vez Michael me dijo que le encantaba llevarme a pasear en su avión, irnos a las alturas, lejos del mundanal ruido. Tomé una foto de la ciudad reflejada en la parte baja del ala y resultó una foto maravillosa. Michael la puso en su tablero de la oficina y decía que era una de sus fotos favoritas, eso en verdad me emocionó.
A Michael, Zoy y el equipo, el grupo de “Power to Our Journeys”: algunas veces me sorprende darme cuenta que cada uno de ustedes ha aprendido algo de mí. A Michael de verdad le gustaba nuestra energía como entrevistadores (larrikin energy). Cuando reía lo hacía con gran sinceridad y se reía con nosotros, no de nosotros, mientras descubríamos soluciones para responder a las voces.
Con Michael nunca me sentí como una enferma, yo era normal, igual a los demás. Buscábamos soluciones y de ahí crecía, en gran parte, la confianza.
Creo que escribir entre todos los Documentos, no solamente era en beneficio nuestro, a Michael también lo beneficiaba pues los usaba en sus clases y en su trabajo con otras personas. Los Documentos son muy poderosos en un mundo donde los documentos son tomados en serio.
Los hospitales psiquiátricos no son realmente lugares para curar a la gente, son importantes para emergencias pero no son lugares para curarse. El equipo me ayudó a reconectarme con las buenas energías y esto me daba fuerza y valentía. Creo que Michael en sus conferencias se refería en forma muy respetuosa, al poder que tienen las reuniones de grupo y ponía como ejemplo al equipo y al grupo “Power to Our Jouneys”.
Michael también compartía con nosotros su trabajo y se interesaba en lo que nosotros pudiéramos aportar. Una vez nos enseñó videos de su experiencia con una comunidad de África y nos preguntó nuestra opinión de su trabajo; Brigitte inició la conversación comentando sobre el poder de la compasión, fue una conversación muy conmovedora. (Esa noche las voces estuvieron calladas para Brigitte, la dejaron hablar y compartir sus hermosos y abarcadores pensamientos; más tarde tuvo un gran “coletazo”, pero ya había hablado esa noche y todos nos conmovimos mucho con lo que dijo). Creo que Michael sacó mucho de esa sesión y seguramente habría continuado esas conversaciones con otras personas cuando enseñaba y a través de sus escritos.
El lenguaje común que encontramos en las discusiones sobre asuntos complejos resultó muy poderoso y aún lo sigue siendo.
Michael exploró junto con nosotros y creo que eso ayudó a sus propios pensamientos sobre la manera respetuosa de trabajar con las comunidades. Quiero pensar que todos influimos en su trabajo. Michael nunca pretendió tomar el poder cuando venía a nuestras reuniones, venía con curiosidad, hacia preguntas que no eran para tomar el lugar de poder, mantenía su trabajo alejado de esto.
Creo que también valoró las conversaciones sobre lo común y corriente. Las conversaciones sobre las voces y la enfermedad mental pueden resultar dramáticas y raras; pero con Michael no había nada “raro”, conversábamos sobre el valor y el respeto de lo cotidiano, de cómo manejábamos los efectos que las voces tenían en nuestras vidas, de las maneras en que estábamos conformando nuestros destinos, de la inclusión del arte, la música, el estudio, el amor a los animales y a las plantas a nuestra vida diaria. Tenía auténtica curiosidad de como enfrentábamos al sistema en que estábamos inmersos y aplaudía nuestra ingenuidad, nuestros instintos de sobrevivencia y nuestra habilidad para enfrentar, diariamente, los muchos retos que puede traer el vivir con una enfermedad mental.
En las conversaciones, creo que Michael aprendió tanto de nosotros como nosotros de él. Le agradezco su ayuda para reconectarme con mi propia creatividad. A través de él, de “Power to Our Jouneys” y del equipo,
logré reconectarme con mi creatividad y mi música. A través de “Power to Our Jouneys” y Community Mental Health Team me sentí nuevamente conectada a la comunidad: Fui aceptada y respetada. Así fue como la curación pudo comenzar y aún continúa.
VERONIKA:
Creo que valoré (desde que lo conocí y aún antes) todo su trabajo pionero de 20 años sobre el oír voces. Una vez me dijo que él creía que todas las personas tienen el potencial para oír “voces” y que solamente cuando las voces se volvían extremadamente negativas y molestas era cuando tenían un impacto en la vida. Aprendí mucho también, de las “voces” “amables” y “ayudadoras” que me dieron la terminología para poder explicar mi situación. Oí de estas voces amables expresiones que me ayudaron mucho y aprendí a decir “no hablen por mí” cuando un conjunto de “voces” trataban de arrancarme mi propia voz. Podía decir “no me obliguen a decir ideas que puedan ser malinterpretadas”. “no me arrebates la palabra”, cuando una voz estaba en el fondo de mí, gritando. Aprendí a estar alerta cuando las voces trataban de poner pensamientos sutiles en mi cabeza, tratando de convencerme que esas ideas eran mías y no de ellas, algunas veces eso se llama “auto-sugestión”.
A través de mis encuentros con Michael White y con el grupo “Power to Our Journeys” pude descubrir otras maneras para responder a las voces criticas que ponían en duda quien fui o soy. Y las voces amables me ayudaron a verme a mí misma bajo una luz mucho más positiva. El trabajo con mi actual psiquiatra me ayuda a conservar estas diferentes formas de verme a mí misma.
No he logrado hacer cosas grandiosas en mi vida, pero en contra de lo esperado, ya terminé mi Licenciatura en Arte y espero continuar estudiando. Las voces malas continuamente me decían: “las mujeres no aprenden, solo son buenas para c…értelas”, pero mi objetivo central era seguir con mi educación. Tuve que dejar mi trabajo por el estrés que me producía oír tantas voces al mismo tiempo, sin embargo he aprendido a sentir “la felicidad” de mejorar mi calidad de mi vida. Sigo oyendo las voces a diario pero ahora puedo tener alegría con las cosas pequeñas de mi vida.
Espero que Michael esté muy contento con todo esto.
BRIGITTE:
Mem, Sue y Veronika se imaginaron cual sería la contribución de Brigitte a esta conversación y escribieron lo siguiente:
Suponemos que Brigitte le agradecería a Michael la ayuda que le brindó para que ella encontrara su voz, literalmente la voz para poder nuevamente hablar; saber que tenía derecho a hablar, que tenía derecho a caminar por el mundo y comentar sobre los eventos que daban forma a su vida. Suponemos que Brigitte le agradecería su bondad, su risa y su propósito de reconocerle siempre su amor por los animales y plantas. Seguramente le agradecería por la madriguera de conejos y por el conejito que le compró, para que este bello y amable animalito estuviera en su vida y ella lo pudiera cuidar y querer. Podemos suponer que le agradecería el que la animó a reír, y a decir a las voces: “¡fuera!” para disfrutar con los demás el grupo “Power to Our Jouneys”. Probablemente le daría las gracias por reconocer la importancia de la compasión y el papel que ésta juega en el proceso de curación. Hay muchas otras cosas que creemos que le gustaría decirle a Michael pero estas son solamente algunas.
Michael: Todos te damos las gracias por lo que diste a nuestras vidas y por lo que diste a tanta gente. Eres una persona mágica y esperamos que donde te encuentres haya mucho color amarillo y mucha felicidad.
Notas:
1.-Sobre este artículo.
Jussey, Verco y Shona Russell trabajaron juntos para reunir el material de este artículo. Jussey fue por muchos años el trabajador social comunitario del proyecto y permanece en contacto con Veronika, Sue y Mem.
Contact email: jusseyv@hotmail.com
Shona fue la coordinadora del Community Health Proyect. Continúa trabajando en Narrative PracticesAdelaide, con las personas que experimentan dificultades de salud mental www.narrativepractices.com.au
Contact email: shonarussell@internode.on.net
2.-Documentos
La elaboración de Documentos de Identidad es un punto clave en La Narrativa y fue un instrumento importante en el trabajo del grupo “Power to Our Jouneys”. Los documentos a los que se refieren Mem, Sue y Veronika fueron creados para ayudarles a cada uno y a todos, a distinguir con claridad las voces amigas o potencialmente amigas de las voces hostiles y también para desarrollar alianzas más fuertes con las voces ayudadoras. Estos documentos contenían el record de las habilidades de los miembros del grupo, y así esta lista estuviera a la mano para consultarla y saber cómo responder a las dificultades con las que se encontraran. Los documentos proporcionaban a los miembros del grupo descripciones alternativas de identidad, que incluían sus propias esperanzas, sus planes y sus preferencias de vida. Estos documentos actuaban en contra de algunas descripciones patologizantes de identidad con las que se habían encontrado en el pasado.
3.- Perspectivas para trabajar con la Esquizofrenia.
A principios de la década de los 80s, Michael White empezó a desarrollar nuevos acercamientos de trabajo con la esquizofrenia. Estos trabajos han estado publicados en una gran variedad de contextos, y para los fines de este artículo solamente incluimos una lista de lo que es relevante para el Community Mental Health Proyect de Dulwich Centre 1992-1999. Para una referencia más completa de los trabajos de Michael White en el campo de salud mental consultar www.narrativetherapylibrary.com
REFERENCIAS:
Dulwich Centre Newsletter, 1991, No. 4
“Speaking Out &Being Heard. “Dulwich Centre Newsletter, 1995, No. 4
“The Vast Roads We can make in healing. What works in relationships between community members & community workers in the Dulwich Centre Community Mental Health Proyect.” Handout, 1998
“Currents: Newsletter of the Community Mental Health Project and the Power to Our Journeys Group.” Dulwich Centre, June, 1997, Vol.1
“Power to Our Journeys-The Clients Voice” taken from the brochure Starting & Supporting Hearing Voices. Group available from the British Hearing Voices Network.
On line Inter voice: The International Community for Hearing Voices, 2008
Apéndice 1
Solidaridad
1.-Al principio hablamos sobre las técnicas que las voces malhechoras usaban en sus intentos por tener el mando en nuestras vidas. Era muy interesante ver que todos teníamos las mismas observaciones al respecto, y entendimos lo importante que era ponerlas al descubierto. Las voces recurrían a estas técnicas al engancharse en actividades que iban en contra de nuestros intereses.
2.-Las técnicas que exponíamos en las reuniones se dividían en varias categorías respecto a ciertas características de las voces:
a. Se estableció que las voces eran parásitos. Y que se alimentaban de culpa, inseguridad y miedo.
b. Se determinó que las voces eran oportunistas. Que se aprovechaban de la gente cuando estas estaban fuertemente estresadas y vulnerables.
c. Se determinó que las voces son sensacionalistas. Tienen el hábito de sacar las cosas fuera de proporción, y al hacerlo provocan nuestra ansiedad.
d. Se estableció que las voces son dependientes. Para sobrevivir se tienen que apoyar en la negligencia y auto-culpabilidad de la persona.
3.-Todos entendimos que era de suma importancia exponer las técnicas de las voces, porque esto hace visible su “Talón de Aquiles”. Por ejemplo las alergias de las voces se hicieron obvias:
a. El amarse a sí mismo y la aceptación de las personas es algo que no pueden soportar.
b. Hacen berrinche cuando ven que la persona se cuida a sí misma.
c. El respecto a sí mismo es tóxico para las voces.
d. Simplemente se aterrorizan ante la posibilidad de que las gentes se unan en solidaridad contra ellas.
e. El reto a su sensacionalismo presentando hechos, derrumba las bases de su existencia.
f. Cuando las personas reclaman su propio poder, esto elimina su esfuerzo para alimentarse de culpa y miedo.
4.- Además de todo esto, las voces también son alérgicas a ver la claridad de las cosas. Estuvimos todos de acuerdo en la idea que “el amor como movimiento de vida” nos ayuda y nos da inmunidad ante las técnicas de las voces.
5.-Este documento es una declaración de solidaridad que ratifica como un hecho que los miembros de “Power to Our Journeys están unidos y que juntos nos enfrentamos contra las fuerzas que han tratado de tiranizar nuestras vidas.
Este documento es una forma de notificación para las voces, las cuales por más que traten, no tendrán éxito en sus atentados para capturar nuestras vidas. En nuestro caminar llevaremos con nosotros el espíritu del grupo y cuando nos sintamos tensos y vulnerables porque las voces nos molestan recrearemos este espíritu de solidaridad que hay entre nosotros.
Esto nos brindará una gran seguridad y bienestar en los momentos de adversidad.
Apéndice 2
Nuestros Propósitos
1.-Mencionar lo no mencionable
• Estamos comprometidos a poner en palabras lo no mencionable y aceptamos el valor que esto requiere. El logro de poner en palabras lo no mencionable debilita la culpa, el miedo, el pánico y la duda. También es un servicio para los demás ya que les trae alivio, les ayuda a liberarse de las restricciones de las estereotipias.
2.-Hacer las cosas al propio ritmo
• Tenemos la determinación de proceder en la vida al ritmo que nos acomode y no al ritmo que las voces quieren. Sabemos que las voces quieren empujarnos a hacer las cosas cuando aún no estamos preparados, y si lo logran, nuestras mentes se embotan y perdemos de vista lo que queremos ser en la vida. A menudo las voces se sostienen en apoyos externos para empujarnos a las cosas y estos apoyos externos, a veces, se dan con la mejor intención, como puede ser el caso de las personas dedicadas a la rehabilitación.
3.-Dar reconocimiento a nuestro equipo
• Estamos decididos a no perder de vista el hecho de que somos miembros de un equipo más grande y fuerte que el océano, y somos tan inteligentes como los delfines. No nos importa lo que otros puedan decir en su esfuerzo por tener la autoridad en nuestras vidas, permaneceremos siempre en contacto con la fuerza, la inteligencia y la belleza de nuestro equipo de trabajo. Permanecer en contacto con esto es muy efectivo para callar las voces.
4.-Dar honor a los pasos pequeños
• Estamos comprometidos a dar reconocimiento, honor, a lo que se conoce como “pasos pequeños o pasitos” que damos en la vida. Esta clase de pasos que mucha gente en el mundo ni los nota, como por ejemplo el levantarse de la cama, tomar un baño de regadera, y hacerse cargo de la propia vida. Por el contrario, nosotros nos sentimos muy orgullosos cuando los hacemos y en el proceso tomamos nota de que tan especiales somos.
Apéndice 3
Somos autores de nuestras propias vidas
1. Nos estamos volviendo más expertos para identificar nuestras voces malhechoras. Y entre más lo hacemos, es evidente que algunas son voces sociales que expresan las actitudes dominantes de la actualidad.
2. Estamos desarrollando la habilidad de oponernos a las voces. Esto nos ayuda a no evaluarnos tanto, y nos da la posibilidad de enfocar y analizar la molestia que producen las voces. Haciendo esto entendemos qué tanta dificultad tienen estas voces para seguirnos en nuestros movimientos en el presente y en el futuro.
3. Es importante saber que estas evaluaciones, a veces hostiles, son voces de inseguridad que nos ponen en contacto con el hecho de que el cambio es algo que no les gusta y nos damos cuenta que el deseo de las voces es restringir estrictamente nuestras vidas a su propio territorio.
4. Entendemos porqué tratan de que entremos en pánico cuando nos aventuramos en la vida. También entendemos porqué tratan de tapar las habilidades y los conocimientos que necesitamos incorporar a nuestras vidas. Cuando abiertamente reconocemos estas habilidades, las voces entran en la desesperación.
5. Podemos ver que las voces ahora están perdiendo terreno y esperamos que con el tiempo perderán toda esperanza de recobrarlo. Se están dando cuenta que la reverberación de nuestro trabajo se extiende cada vez más. Están conscientes del grado en que nuestras vidas tocan a otras personas a nivel mundial y como son enriquecidas con los conocimientos que nosotros estamos compartiendo.
6. Parece que las voces no tienen respuesta ante la creación de estas redes y esto tiene gran significado. A medida que avanzamos juntos en nuestro viaje, estamos mejor enfocados, estamos con los pies en el suelo para recobrar el control de nuestras vidas y estamos experimentando la dignidad personal a la que tenemos derecho.
7. Esta clase de desarrollo nos esta dando libertad y nos facilita poner de lado la autoridad que otras personas tienen sobre nosotros. También nos da la facilidad de preguntarnos a nosotros mismos acerca de nuestra vida y preguntarnos cuales son los pasos a seguir para nutrirla. De esta manera, tenemos mucho más que decir acerca de nuestra propia identidad, estamos volviéndonos los autores de nuestra propia vida.
Nota de la traductora:
El año pasado con motivo de la celebración mexicana del “Día de Muertos” el 2 de noviembre, hice la traducción de un precioso artículo de Lorraine Hedtke: “Dancing with Death” y prometí a Cheryl White y a David Denborough que celebraríamos todos los años con algún escrito que diera honor a Michael White. Tuve la oportunidad de hablar personalmente con Shona quien me dio la autorización de traducir el artículo. Gracias a todos los miembros de “Power to Our Journeys” por esta aportación tan inspiradora.
Angeles Díaz Rubín (Cuqui Toledo)
Autora: Karen Gould
Traducción y adaptación: Ángeles Díaz Rubín (Cuqui Toledo).
Erase una vez una mujer que vivía con el MIEDO, había convivido con él desde que era pequeña y se había acostumbrado a su presencia a pesar de que él era muy desagradable, grande y fuerte, y que la mordía con unos terribles colmillos venenosos paralizando su corazón y debilitando sus músculos. Sin embargo esto no pasaba tan a menudo, solamente cuando ella hacía algo que a él le molestaba.
Un día la mujer decidió hacer algo novedoso, algo para ella misma... Al MIEDO no le agradó la idea y la mordió con más fuerza, pero a pesar de que el corazón de la mujer casi dejó de latir y sus músculos perdieron la fuerza, continuó luchando hasta que anocheció y la mujer cayó exhausta en el sueño. Cada mañana empezaba una nueva pelea, en la que el MIEDO siempre ganaba, hasta que un día la mujer logró derribarlo y sujetarlo para que no la mordiera; lucharon y lucharon, pero eventualmente la mordió.
La batalla continuó diariamente y la mujer siempre resultaba derrotada, pero poco a poco, con cada mordida sus músculos se fueron fortaleciendo y también fue descubriendo los trucos y los puntos débiles del MIEDO. Con el tiempo, por fin la mujer pudo sujetarlo en el suelo y ponerle el pie en la espalda. Entonces le dijo: “te he vencido, así que ahora vete” y el miedo desapareció.
A la mañana siguiente la mujer despertó feliz, pero cual no sería su sorpresa al ver al MIEDO sentado en una esquina del cuarto. “¿Qué haces aquí?, ¡YO te he vencido!” gritó ella. “Pero eso fue ayer... si quieres que me vaya tendrás que vencerme nuevamente hoy.”
Y las peleas continuaron, pero el MIEDO parecía que empequeñecía cada mañana y de pronto ella se dio cuenta que apenas le llegaba a la cintura. Entonces le dijo: ”Me voy a recoger moras al monte” y lo quitó de su camino de un empujón. Al estar recogiendo las moras se encontró de frente a un oso grande y hambriento que se enfureció y empezó a perseguirla; ella corría pero estaba convencida de que moriría pues el oso acortaba la distancia rápidamente.
Por fortuna esa mañana la mujer no había despedido al MIEDO, así que en ese momento estaba justo tras ella y la mordió. De inmediato su cuerpo ya entrenado produjo el antídoto: la medicina anti-miedo que le dio fuerza y aceleró su corazón. Sin soltar la canasta de moras y de la mano del MIEDO corrieron los dos hasta llegar a casa.
Esa tarde la mujer horneó un delicioso pastel de moras y para agradecerle al MIEDO lo invitó a cenar. Este se enfureció, no quería oír agradecimientos (en verdad no quería ver a la mujer lastimada) “¿En qué estabas pensando?” “¡Si me hubieras hecho caso no te habrías encontrado al oso!” y quiso reanudar la pelea, pero la mujer que estaba muy cansada por la carrera, solamente le contestó: “Pero tampoco tendría estas deliciosas moras.” Y satisfecha, se fue a dormir.
Volvieron a reanudar las peleas y el MIEDO fue haciéndose más pequeño, lo que la mujer quería era desaparecerlo para siempre. Cuando ya era muy pequeñito, la mujer tuvo otra idea, confeccionó un morralito y lo introdujo en él, así lo llevaría siempre consigo, atado a su cintura para sacarlo cuando lo necesitara. Recuerden que la mujer se había acostumbrado a vivir con el MIEDO.
Empleando la creatividad para diseñar un plan para externalizar la depresión en conversaciones con mujeres jóvenes.
Sarah Penwarden
Traducción elaborada por Marco Del Toro Caviedes y Tania Vázquez Santoscoy
Este ensayo explora los efectos secundarios del uso de la creatividad en la depresión. Y da ejemplos de las estrategias de la terapia creativa narrativa en conversaciones con mujeres jóvenes de la secundaria de Nueva Zelanda.
INTRODUCCIÓN
Mi interés en escribir este ensayo comenzó por escuchar a mujeres jóvenes hablar acerca de la depresión en sus vidas. Como consejera de la escuela, yo comencé en interesarme en explorar con estas jóvenes mujeres su experiencia de depresión, usando estrategias de terapia narrativa para conocer la depresión. En este proceso mujeres jóvenes se re-posicionan con respeto a la depresión. También me he interesado en traer al descubierto más historias de la operación de la creatividad en la vida de estas mujeres jóvenes esperando combatir totalmente los efectos de la depresión que ellas tienen.
USAR LA DECONSTRUCCIÓN EN LAS CONVERSACIONES ACERCA DE DEPRESIÓN
Como un terapeuta yo escojo tomar un estado de cuestionamiento respecto a las conversaciones acerca de depresión. En términos de señalar la depresión, prefiero permitir al cliente dar significado de la depresión y como ésta opera en sus vidas en vez de simplemente verla como un conjunto de síntomas diagnosticables.
Stoppard (1997) argumentaba que la depresión como objeto es discursivamente construido en un lenguaje. Ella cree que la gente actúa socialmente la depresión, que tenemos un entendimiento implícito de cómo hacer la depresión. Y lo que se conoce como conductas depresivas son socialmente construidas. Viendo la depresión como un lenguaje construido con significado cultural específico adjunto yo escojo usar una curiosa posición con respecto a lo que las mujeres jóvenes llaman “depresión”.
En muchas maneras veo la depresión como algo que etiqueta el significado que le dan las mujeres a las experiencias.
Stoppard (2000) señala la importancia de que las mujeres pongan en teoría sus experiencias depresivas. Esto permite que las mujeres sean más afirmativas y menos estigmatizadas al interpretar sus experiencias. La consejería puede ser un espacio para que la gente defina y le de nombre a sus propias experiencias depresivas desde una posición de ser expertos en su propia vida. En mi trabajo con mujeres jóvenes he explorado los significados que ellas le dan a sus experiencias con la depresión y como este significado es construido en el transcurso de cada día de sus vidas. Y yo como terapeuta estoy interesada en cuestionar la depresión, no tomarla como algo fijo. Estoy involucrada en buscar el significado dado a la depresión en mujeres jóvenes y como ellas le dan sentido a sus experiencias en el mundo.
Por: MTFS Rosa Ma. de Prado González
El consultorio de terapia ha de ser un lugar sagrado en donde impera un respeto absoluto por el ser humano, por su dignidad y por su derecho a la autonomía, un lugar en el que todo aquello que sucede deberá ser utilizado en pro del crecimiento, de la salud y de la liberación de los consultantes y el terapeuta. (Suyan)
Dios hizo al hombre porque le gustaba escuchar historias. (Keen, S, 1973)
El uso del cuento en mi terapia surgió en la conjunción de varios acontecimientos, uno de ellos fue el haber conocido a Carlos Arturo Molina en un Congreso de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar. Desde siempre he considerado que la escritura es una compañera de viaje. Narrar la vida, lo que se siente, lo que se quiere decir o lo que solo puede expresarse a través del lápiz y el papel (ahora lap top) ha sido un recurso personal que frecuentemente he utilizado en la terapia. Mi gusto por narrar creció en una familia en la que el relato de la vida y de otras vidas iluminaba el caminar cotidiano. Mi padre escribió poesía y mi hermana y yo hemos escrito varias cartas y algunos cuentos.
Todo esto unido a la experiencia en la escucha de las historias con las que me honran las familias y el gusto por la narrativa escrita me ha llevado a experimentar el escribir y contar cuentos para mis consultantes.
Mi pasión por la mirada del terapeuta desde la postura Narrativa me condujo a encontrar un lugar donde “acomodar” el gusto de escribir cuentos. El momento en el que surge el cuento es cuando se ha escuchado ya una buena parte de la historia del problema, la que trae el sufrimiento a la persona o la familia y se tienen algunos entramados de historias alternativas, algunas pistas de lo valorado, algunos eventos extraordinarios y varios ausentes pero implícitos que pueden explicitarse en la metáfora del cuento.
El cuento se gesta en la conversación a partir de algunas notas textuales y con la necesidad de engrosar las historias que llevan a las personas a lugares preferentes: las historias de lo valorado, de los compromisos de vida, de las múltiples maneras de enfrentar los dragones de la cotidianeidad. Son historias que claman por incluir en nuestro club de vida a quienes nos han regalado con su presencia pócimas mágicas para tener la fuerza y nos han compartido su conocimiento experto de magos, hadas, duendes y seres extraordinarios.
El cuento no es para mí una interpretación de la vida, si no una manera de devolver el regalo de las historias que me cuentan aportando mi mirada particular y la intuición de lo que es valorado por la persona y la familia. Es un intento de engrosar la historia de esperanza en ciernes que surge del relato en la terapia, de darle el color, imaginación y movimiento que la haga atractiva y útil para abrir más espacios en el corazón.
De ninguna manera tiene mayor peso mi versión (el cuento) que la de la familia. Por ello el cuento es considerado un documento terapéutico como lo son cartas, certificados y diplomas.
Dentro del proceso se habla sobre el cuento, se comenta lo que está cerca de la experiencia y lo que está lejos. Se deconstruye la historia y se generan nuevos relatos familiares de la misma.
Estos relatos, y no el cuento, son los que sostienen la reautoría de la propia vida. El cuento es solo la metáfora que contiene y permite desarrollos más ricos del relato.
El cuento es una invitación a volver a imaginar mundos posibles y placenteros, un vehículo que nos permite hacer un recorrido por el pasado, presente y futuro de nuestras vidas con la sensación de que lo que más valoramos nos guía en el camino y sobrevive a la adversidad.
El terapeuta familiar Carlos Arturo Molina-Loza, psicólogo guatemalteco, nos explica la conexión entre la Narrativa y la terapia:
“La concepción Narrativa de la terapia constituye una de las diversas maneras con que cuenta el terapeuta para oír y redefinir la historia que le es presentada por la familia. Con una atención siempre enfocada hacia lo más saludable y positivo de la historia familiar, el terapeuta acoge y reorganiza esa misma historia para, a continuación, devolvérsela transformada en un relato simbólico-metafórico que deberá incluir tanto una descripción detallada del sufrimiento y de los problemas que viven, cuanto que sus propios recursos de salud y nuevas perspectivas de cambio y crecimiento.”
Mas adelante Molina menciona los pasos de lo que menciona como lógica del trabajo de construcción de la narrativa:
1. Incluir el máximo de informaciones presentadas por la familia.
2. Hacer de los miembros de la familia los héroes de la historia.
3. Ser plausible, que su realización sea algo posible.
4. Presentar nuevas aperturas, nuevas perspectivas de cambio y crecimiento.
5. Ser un relato más bello que aquel que la familia traía.
6. Basar el relato en los afectos de los miembros de la familia en conjunción con lo que siente el terapeuta en el trato con esta familia en el contexto de la intimidad de las conversaciones. En otras palabras, por el amor que siente por la familia. (Molina,2002)
Sin embargo, él no se define como un terapeuta narrativo propiamente si no como terapeuta familiar que hace uso de algunos elementos de la narrativa. A esta manera de utilizar el cuento añadiría yo, desde la perspectiva de la Narrativa, que el cuento puede pertenecer a la serie de documentos utilizados como “ritual de pasaje” casi hacia el final del proceso de la terapia o en el momento en el que sea necesario evidenciar la historia alternativa.
Dentro de la narrativa, los documentos terapéuticos son considerados como una manera de mantener con vida el subargumento emergente (historia alternativa) que surge en la conversación hablada. Esta versión escrita puede editarse varias veces hasta que muestre lo que se quiere expresar y compartirlo con la audiencia deseada, lo que no puede hacerse con el lenguaje hablado aunque se grabe.
Co-construcción de cuentos con niños y jóvenes.
En mi caso, la construcción del cuento se convierte en una tarea compartida con el protagonista, la mayor parte de las veces es un niño o un adolescente que me dice de qué quiere que se trate el cuento, a quiénes incluiría, qué caracterización le daría a cada personaje y cuál sería el mensaje que quiere comunicar a través de este cuento.
El cuento es una manera de comunicar a los padres principalmente, los conocimientos expertos rescatados en el proceso de la terapia, como dice un joven consultante: “hacerles saber que todo está bien, que no tienen de qué preocuparse”.
Considero que esta herramienta es sumamente útil para el trabajo con niños y adolescentes, tiene el poder de hablar desde un terreno en el que son expertos naturalmente, el de la imaginación y la metáfora, les ayuda como vehículo para comunicar la propia sabiduría en ciernes, les permite crear trazas de nuevas historias liberándolos de descripciones acabadas de sí mismo y de sus posibilidades. Un cuento es una primera versión de muchas otras, sienta las bases de muchas aventuras y descubrimientos por venir y permite hacerse el protagonista de los mismos.
Un niño o joven que puede ser protagonista de la historia de un cuento se asoma a la posibilidad de ser autor de su vida, a decidir qué retos enfrentar y que habilidades utilizar para salir adelante cuando los dragones aparecen en escena. Puede ayudarse de otros personajes, escuchar la sabiduría y conocimiento de otros, pero siempre es él quien decide, quien toma el riesgo.
En el caso de las conversaciones externalizantes, el cuento se convierte en una posibilidad de enriquecer la caracterización del problema externalizado, de darle una historia, una forma, hablar de sus intenciones para la vida del protagonista, conocer sus efectos en la vida de los participantes de la historia y vincularlo con otras historias. En el cuento, la externalización es un lenguaje natural, propio y fácil de comprender.
Para los padres, después del cuento les es más sencillo hablar de esos problemas que afectan la vida del niño y de la familia, usar las imágenes que regala el cuento y enriquecerlas, deconstruirlas y tomarlas prestadas para la comprensión de la vida familiar en relación con estos personajes. El cuento así, genera un lenguaje compartido en el que el niño es el experto y el adulto el aprendiz, regresando a los pequeños la posibilidad de ser escuchado y tomados en cuenta en la resolución de conflictos familiares.
El porqué del uso de la metáfora:
El curador no debe decir la verdad desnuda. Tiene que emplear imágenes, alegorías, figuras, un lenguaje portentoso u otros caminos ocultos e indirectos. (Paracelso. En O¨Hanlon, 1995)
El ingeniero de metáforas debe acostumbrarse a un lenguaje intermedio entre la producción de una idea y su emoción correspondiente.
El lenguaje metafórico es el más capaz de quedar impregnado en la memoria durante largo tiempo. La naturaleza de la memoria es de carácter mítico y a-histórico. El recuerdo de acontecimientos y personas deja de ser una crónica histórica para convertirse en una estructura mítica.
El mito sobrevive a cualquier crónica pretendidamente real de los acontecimientos.
El mito no se puede descifrar exactamente y produce una expectativa de alerta desesperada que intenta una y otra vez comprenderlo. Lleva a quien lo escucha a abrir mas puertas, a entender y aceptar un número ilimitado de posibilidades para narrar la vida.
Un poco de historia al respecto: cuentos de hadas y trabajo terapéutico:
Existen muchas reflexiones sobre el papel de los cuentos de hadas en el trabajo terapéutico:
- Bruno Bettelheim (1978) propone una interpretación psicoanalítica de los cuentos de hadas y explica su utilidad en la psicoterapia en su libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas.
- Marie Louise Von Franz (1978) propone lo mismo desde la concepción Junguiana.
- Maria Varano (1988) hace énfasis en su producción de cuentos en los grupos de formación.
- Verena Kast (2000) utiliza cuentos tradicionales de hadas en la intervención terapéutica.
- Clarissa Pínkola Estés (1999) asume la postura radical de decir que “las historias son bálsamos medicinales en las que se encuentra la curación para cualquier daño o para rescatar algún impulso psíquico perdido”.
- Milton Ericsson (1986) habla de la historia terapéutica en un espectro que va desde la experiencia personal del terapeuta, pasando por la historia de otro cliente a la más bien elaborada historia metafórica. Muchas inducciones pos-hipnóticas no son más que fragmentos de la otra historia que se le cuenta al cliente, a partir de la cual puede hacer nuevas construcciones de identidad.
- Jaques Salomé (1993) escribe historias metafóricas destinadas a transmitir el mensaje terapéutico en un lenguaje simbólico que, según él, sería fácilmente captado por el inconsciente invitando a las personas a elegir caminos de salud.
- Philipe Caillé y Yveline Rey (1988) proponen la redacción de los cuentos terapéuticos después de un período de varias sesiones, lo entregan y piden a la familia que lo concluya.
- Haim Omer (1997) comenta con respecto al uso del cuento en la terapia “el terapeuta debe partir de las premisas del paciente y seguir la corriente de su historia, pero después debe ayudarlo a alejarse de ella”. En otro escrito, junto con Nahi, menciona la importancia de la construcción de cuentos para contrarrestar la historia dominante:“ Los clientes vienen cargando poderosas historias, que se caracterizan por incluir desoladores auto-retratos, enredos inexorables, temas estrechos y pensamientos desmoralizantes. ¿Cómo competir con un tipo de historia que no sólo ha sido muy bien ensayada, sino que también se apoya en montañas de evidencias selectivas negativas- historias tan persuasivas- que el cliente no las ve como simples historias, si no como pedazos de vida? Debemos construir retrato contra retrato, enredo contra enredo, tema contra tema, pensamiento contra pensamiento, sin limitarnos simplemente a escribir una historia después de la otra. Para tener éxito, la nueva historia debe ser suficientemente próxima de las experiencias del cliente para que él la reconozca como su historia y, por otro lado, debe ser suficientemente diferente a la historia anterior, para que permita la percepción de nuevos pensamientos, de nuevas opciones.”
¿Es la vida diaria un cuento maravilloso?
Negar la presencia del unicornio no le impedirá existir y por el contrario sólo servirá para hacer de él un monstruo. (Gregory Bateson, 1971)
Molina (2005) nos dice que se puede construir un cuento maravilloso terapéutico a partir de la historia personal por la notable semejanza que existe entre la estructura del cuento maravilloso y la estructura de la vida de las personas comunes.
Su manera de conectar la historia de la persona con la posibilidad de la reconstrucción a partir del cuento se basa en ideas interesantes:
- Cada persona tiene 2 historias personales:
1. Las experiencias y hechos vivenciados que no pueden ser cambiados.
2. La selección de hechos y experiencias con pesos y medidas diferentes que determinan la visión del mundo y actitudes de la persona.
- El terapeuta es invitado a escuchar y hacer una reconstrucción de la historia interna que permita a la persona hacer la selección preferida de hechos y acontecimientos de acuerdo con un tema conversado.
- Existe sin embargo, una historia externa de la persona, que puede ser:
1. Cualitativa, es decir contada por las personas más cercanas y significativas.
2. Cuantitativa, contada por personas mas distantes como compañeros de clase, de trabajo o grupo de pares.
- Estas versiones de la historia influyen en la reconstrucción de la historia interna, por lo tanto, deben ser consideradas, cuestionadas y elegidas a partir de lo que la persona valora en la vida.
- El terapeuta no tiene mas garantía en el proceso que el estar por entero en la relación, sufrir, disfrutar y buscar con… nunca tendremos certeza del resultado.
- Molina da a su quehacer el nombre de terapoética de la familia en la que puede llevarse al consultante, de la prosa del mundo (historia dominante) al estado poético (donde reside lo que se sueña y valora)
Algunas ideas para la construcción del cuento a partir del relato:
- Resulta útil en dos columnas paralelas:
1. Narrativa de el consultante: listado de algunos elementos centrales del relato (historia dominante e historia alternativa) en donde podamos anotar los nombres de los integrantes de la familia, los sucesos importantes y dolorosos, los acontecimientos extraordinarios, lo valorado, compromisos de vida y elementos de la historia alternativa.
2. Narrativa terapéutica: anotar las analogías y metáforas correspondientes a nombres, eventos, lo valorado, trama.
- En mi caso resulta interesante sugerir algunos temas o tipos de cuentos y que el consultante (niño, joven o adulto) decida qué tema le gusta y qué personajes pondría.
- Dentro de cada una de las situaciones puede involucrarse más o menos al consultante en la construcción del cuento. Incluso puede pedírsele que le dé un final a una historia que dejemos en el momento de crisis y decisión, o cambiar el final si no es el que le gustaría para entregar la historia a su familia. La creatividad y la libertad es tanta como cantidad de cuentos existe.
ESTRUCTURA DEL CUENTO MARAVILLOSO.
- Los finales felices en los cuentos de hadas no significan que es una felicidad permanente, si no que la felicidad contiene como parte de sus significados:
1. Una conquista.
2. Dinámica de búsqueda constante.
3. Es un objetivo compuesto por varios blancos en movimiento.
4. Contiene la capacidad de decidir.
- Desde esta perspectiva, la felicidad siempre incluye el principio de una nueva historia de desafíos y decisiones.
Bibliografía:
- Bernardo Ortín; Trinidad Ballesteros.- Cuentos que curan.- Editorial Océano ambar.- Barcelona, 2005.
- Molina Loza, Carlos Arturo.- Nuestras abuelitas ya lo sabían.- Editorial Artesa.- Belo Horizonte, 2002.
En los años que tengo trabajando han sido varias las familias que se han acercado a mi consulta al enfrentarse al reconocimiento de uno de sus hijos como homosexual. Aún cuando, siempre trabajo desde las necesidades y situación particular de la familia y del individuo, he descubierto que hay aspectos importantes a incluir, ya que tienen el efecto de dar certidumbre y contención a la familia.
Cabe mencionar que en mi práctica privada usualmente trabajo con familias de clase media alta, que en su mayoría los padres cuentan con estudios universitarios, y que viven una preocupación genuina por el bienestar de sus hijos.
Dentro de los aspectos que trabajo con este tipo de familias se encuentran:
• Dejar claro a los miembros de la familia que la preferencia sexual no es una decisión.
La homosexualidad no es algo que se pueda quitar. Tampoco se puede “componer” porque no hay nada descompuesto ni enfermo en la persona.
No es hereditario y tampoco hay eventos determinantes en la vida de la persona que lo hayan llevado a tomar dicha decisión. Mi experiencia es que la mayoría de los padres buscan de inmediato encontrar en qué se equivocaron al educar a su hijo(a) que lo llevó a “volverse o convertirse en homosexual”.
• Le llamo “infierno” al tiempo que pasa una persona debatiéndose con ella misma bailando con la idea de que probablemente le gustan las personas de su mismo sexo, hasta llegar al reconocimiento pleno de su preferencia sexual como gay o lesbiana. Este proceso muchas veces los lleva a vivir periodos en donde pierden el sueño y/o el hambre, se pueden mostrar ausentes y en la mayoría de los casos hasta llegar a forzarse a tener una relación amorosa con una persona del sexo opuesto, buscando contradecir lo que sienten.
Amigas, amigos:
¡¡¡Vengo muy emocionada, conmovida y feliz hasta las lágrimas y quería compartirlo con ustedes!!!
Asistí hoy a un matrimonio colectivo de 29 parejas de lesbianas y gays de la Ciudad de México y de distintas entidades federativas, y la verdad nunca creí que fuera una ceremonia tan intensa y conmovedora para mi, de hecho yo no conocía directamente a ninguna de las parejas, sino más bien fui por ser testiga del reconocimiento público de nuestra existencia social lo que me tocó en el alma...
Me descubrí llorando de felicidad durante la ceremonia entre política, sentimental y administrativa que implica un matrimonio.
Se conjuntó desde lo “tradicional” a lo “posmoderno” entre las parejas y en los que participamos de tal evento, todavía inédito en nuestro país, desde la diversidad de personas con sexualidades diferentes (gays, lesbianas, transgénero, transexuales, bisexuales, y claro heterosexuales) de todas las generaciones coexistentes, con las imágenes típicas de las abuelitas, los padres y madres, los y las familiares contentos y nerviosos/as con algunos más poco expresivos y curiosos, los medios de comunicación y los activistas; por supuesto no faltaron los dos niños/as que lloraron a grito pelado en el momento justo de las palabras del juez, en fin, no hay boda sin llanto de un niño digo yo...
Mis lágrimas silenciosas de felicidad nacieron, creo yo, de la incredulidad de presenciar esto y del reconocimiento por el Estado de nuestra existencia y de nuestros derechos:
*Incredulidad porque desde que yo supe que era diferente a los 11 años, cuando me enamoré por primera vez a los 19 y me asumí lesbiana a los 22 y aún ya adulta hasta hace muy poco, nunca me imaginé que podría asistir a una boda de dos lesbianas o de dos gays ni de que yo misma podría elegir casarme, tal vez sea por mi generación, pero todavía me sorprende de que se haya hecho realidad; y
*por el reconocimiento del Estado a nuestros derechos porque cuando una ha vivido en la marginación y con la claridad de rechazos, burlas, exclusiones a ciertos servicios y derechos, que por fin un poder público reconozca lo que somos, ciudadanas igual que todas y todos, es una constatación pública de que existimos, y eso es una experiencia poderosa y de empoderamiento, una constatación de que todo lo vivido ha valido la pena, de que toda las luchas de miles de personas y activistas de anteriores y siguientes generaciones ha cristalizado en logros, de ser parte de una ciudad de vanguardia en Latinoamérica que me enorgullece. De que la propia lucha internalizada de reafirmación y validación, de la ardua expulsión de ideas y vivencias de discriminaciones y autoaversiones heterosexistas de mi vida han valido la pena, han sido felizmente un hecho para mí misma y ahora para muchas gentes de mi entorno, para autoridades con las que yo convivo a diario. Con la certeza de que las jóvenes generaciones tengan un camino más liviano de este proceso que el mío, menos solitario, con más apoyos jurídicos y más solidario.
Y eso me hace tan feliz poder hoy compartirlo y festejarlo.
Tal vez a algunos/as les cueste trabajo comprender lo profundo e importante que es todo esto para mí y para la comunidad LGBTTTI, por eso también les mando este mensaje, para que lo sepan y para extender este hecho a las 32 entidades federativas y más adelante también a todas las uniones de hecho que existen y no desean casarse pero que tienen derecho a la certeza jurídica de su unión.
Saludos
Lilia
DANCING WITH DEATH
“BAILANDO CON LA MUERTE”
Lorraine Hedke
Traducción por: Ángeles Díaz Rubín
Agosto 2009
Este artículo fue publicado por primera vez en la revista “Gecko: A journal of deconstruction and narrative ideas in therapeutic practice”. (2000 #2).
En mis labores como trabajadora social y terapeuta familiar en el hospital para pacientes crónicos y/o terminales (hospice), he tenido oportunidad de estar cerca de los enfermos que están agonizando. Esto conlleva estar cerca de los miembros de la familia del enfermo y acompañarlos en su experiencia de ver morir al ser querido. Este proceso provoca una sensación de reverencia y de gran valoración, al ver la valentía y resistencia de las personas afectadas. Así, estas oportunidades me han llevado a pensar en la muerte en forma diferente a la ofrecida por la literatura popular.
En este artículo, es mi deseo hablar de la continuidad en la relación con el ser querido que ha fallecido, pues pienso que cuando una persona muere, la relación que se tiene con ella no muere. Cuando nuestra creencia es, y así la vivimos, que la muerte no es un final sino es una invitación a tener una nueva forma de relacionarse con ese ser querido difunto; estamos rompiendo con la idea del pensamiento moderno que dicta que para recuperarse del dolor, hay que “dejarlo ir” y “seguir la vida sin él o ella”. Lo que nos han enseñado sobre la persona doliente por la muerte del ser querido y lo que tiene que hacer en su duelo para recuperarse del sufrimiento, no siempre es beneficioso, el “dejar ir” puede ser un camino que haga más mal que bien.
Escribiré cómo la forma de entender la Muerte y el Duelo que nos ha ofrecido el Pensamiento Moderno puede ser amplificada, enriquecida, con las ideas desarrolladas por la Narrativa y el Construccionismo Social. Ilustraré la forma diferente de pensar en la muerte contando la historia de una admirable mujer y su trayectoria de vida, entrelazando comentarios que realcen el hecho de cómo las historias y las conexiones con la persona querida pueden seguir creciendo después de su fallecimiento, Es mi deseo que la lectura de mi artículo genere pensamientos y conversaciones sobre la formación de nuevos discursos al referirse a los temas de Muerte y Duelo. Escribiré acerca de cómo podemos utilizar la Narrativa para desarrollar las relaciones y las anécdotas amorosas en nuestras vidas, durante y después de la muerte del ser querido.
BILL y ELLEN
Hace poco tiempo tuve la oportunidad de conocer a una familia que reafirmó mí creencia: que el amor, la conexión y la relación que se tienen con una persona no se borran con la muerte. La primera vez que tuve contacto con esta familia fue en la unidad para pacientes internados en el hospital (hospice), Bill, el esposo, había estado hospitalizado los dos días anteriores en el hospital general. Ellen y Bill tenían 42 años de casados. Cuando entré al cuarto, Ellen estaba sentada muy cerca de Bill, lloraba silenciosamente mientras le acariciaba la mano. Acerqué una silla a la silla de Ellen y le pregunté si podíamos platicar. Por el expediente, me había enterado que Bill había sido trasladado en helicóptero a la sala de emergencias del hospital general y desde entonces había permanecido en coma sin recuperar la conciencia en ningún momento. Yo sabía que su condición física era el resultado del infarto masivo que había sufrido, pero lo que aún yo no sabía eran sus anécdotas, que devolverían a la vida, para mí, a esta persona que estaba muriendo.
Bill sufrió el infarto la semana anterior, cuando estaba con Ellen de vacaciones, antes de esto él había tenido siempre muy buena salud. Ellen, entre sollozos, me dijo que esta vacación había sido de gran expectativa pues significaba que ya estaban listos para reanudar su “vida normal”; me contó que estaban en el proceso de rescatar su matrimonio y sus vidas después de las difíciles experiencias que habían vivido el año anterior. “Mira” me dijo Ellen, “nuestros dos hijos murieron el año pasado”. Mientras compartía conmigo estos hechos en la presencia de su esposo moribundo, pude sentir la potencia de la carga emocional de Ellen por la situación que estaba pasando en este momento. Era difícil imaginar el dolor que tendría aún que soportar, el sólo pensarlo me tensaba el cuerpo. Y siguió diciéndome: “mi hija murió de cáncer en el otoño del año pasado; había estado enferma dos años” tenía 38 años cuando murió. “Nuestro hijo murió tres meses después de un infarto cardíaco” y me explicó que había sido algo inesperado, él tenía 40 años cuando sucedió.
Al poner Ellen sus eventos familiares en contexto, me conmoví por lo mucho que había soportado sobre sus hombros hasta la fecha, y ahora se estaba enfrentando a la pérdida de su marido; yo sabía, por los síntomas que Bill presentaba, que su muerte era inminente. Tres muertes como éstas en espacio de un año, era algo que no se puede soportar. Me preocupé por Ellen, ¿qué significado le daría a lo que estaba pasando?
CONEXIÓN Y PRIMER ACERCAMIENTO.
En este momento ya había algunas prioridades en mi pensamiento, estaba interesada en formar una conexión con Ellen, unirme a lo que ella considerara que le podía ser útil en estos momentos. Para poder sostenerla se requería que yo averiguara lo que ella necesitaba, sin asumir que yo era la que sabía lo que ella necesitaba. Para seguir este proceso respetuoso y colaborativo (Anderson 1997), era necesario establecer un espacio en el que Ellen se sintiera cómoda, es decir, ella me indicaría el grado al que debería involucrarme en los detalles íntimos de sus vidas. Yo tenía una sana curiosidad por saber más, pero quería dejarle la dirección, que fuera ella la que guiara nuestra conversación. Esto era muy importante pues estábamos en un ambiente médico en donde muy probablemente el cuerpo de Bill ya había sido examinado exhaustivamente con las molestias y el dolor que esta intrusión conlleva. Yo no quería sumarme a esto insistiendo en hablar de cosas de las que Ellen no estaba lista para hablar.
Cuando me senté a platicar con ella, pensaba en los potentes factores de riesgo que estaban por venir, me preocupaba que Ellen pudiera fortalecer suficientemente su madurez para poder afrontar la situación; y pensaba ¿cómo una persona puede encarar la vida cuando ha perdido a sus tres seres más queridos en el lapso de un año?, lo más probable era que ella también quisiera morir o por lo menos se sentiría muy desanimada; dentro de mí me preguntaba si Ellen tendría conscientes sus anécdotas de valentía y resiliencia. ¿Qué pensará de sí misma cuando tiene que responder a estos retos extremos de la vida? También tenía la curiosidad de saber con qué apoyos contaba, tanto espirituales como de parte de su comunidad, cómo los había utilizado en otras situaciones y si podría utilizarlos en lo que ahora le tocaba afrontar en su vida.
En mi primer acercamiento también quería saber cómo estaba entendiendo lo que estaba pasando; para este fin le hice algunas preguntas al respecto, con la esperanza de recavar suficiente información para saber cómo estaba procesando esta situación y en dónde yo podía ser un soporte para ella. Esto incluía preguntarle acerca de cuál era su sentimiento con la información médica que estaba recibiendo. ¿Cómo le habían explicado la condición física de su esposo? ¿Qué pensaba que iba a suceder en los días subsiguientes? Con estas preguntas sabría si tenía alguna esperanza de que Bill recuperara la salud o sí creía que moriría. El hecho de que había sido trasferido a este tipo de hospital (hospice) me hacía pensar que su doctor veía inminente la muerte de Bill, pero no sabía si ya lo habría conversado con Ellen.
Empecé también a hacerle preguntas delicadas sobre las opciones que tenía para las decisiones que tendría que hacer. En la reciente cultura moderna, el manejo de los muertos ya no lo hace la familia pues es la funeraria la que se encarga; así, hay muchas personas que nunca han visto a una persona muerta y menos aún saben preparar un cadáver para su entierro. En la actualidad hay un abanico de posibilidades para decidir qué hacer con el cuerpo del difunto, pero todas las decisiones tienen el potencial para ser abrumadoras (Quigley 1996). Yo quería conversar con Ellen algunos temas a los que muy pronto se tendría que enfrentar, por ejemplo: la decisión de enterrar o cremar el cuerpo. Mi deseo al abrir el espacio para discutir estos temas, no era ser brusca, sino proveer una plataforma de conversación con ella que fuera congruente con sus preferencias. En estos momentos en donde las cosas parecen estar fuera de control, hablar de asuntos como la donación de órganos y los arreglos funerarios pueden ayudar a la persona en su agencia personal. Tentativamente abordé el tema preguntándole cómo habían manejado los detalles cuando murieron sus hijos, ¿los habían enterrado o cremado? Estos detalles, ¿los habían pensado por ellos mismos? ¿Le parecía bien que ahora fuera de la misma manera o era mejor de manera diferente? Cuando hablo de estos temas, es muy común, si el tiempo lo permite, que las personas quieran poner en palabras el reflejo que a distancia tienen las decisiones entonces tomadas. Así, aunque no había mucho tiempo, mientras pensaba en algunos detalles, decidí hacerle preguntas a Ellen sobre otras cosas.
IINVITANDO A LAS HISTORIAS DE BILL
Quería formarme una idea de la vida matrimonial de Ellen y Bill y en ese proceso buscar pequeñas historias de esperanza y sostén en una situación abrumadoramente lúgubre. Invité a Ellen a platicarme de su esposo: ¿qué cosas de él había llegado a valorar más durante su matrimonio? ¿Cómo describirían a Bill sus amigos? ¿Qué dirían que le admiran? También pregunté como veían a su papá sus hijos difuntos y le pedí que me contara historias relacionadas a la forma en que la vida de Bill los había tocado, influido en sus vidas. Me contó lo orgulloso que estaba Bill de su hija cuando en la boda caminaron juntos hacia el altar y cómo luego adoró a sus tres nietos. Pero lo que más valoraba Ellen era la risa de Bill, lo describió como “una verdadera chispa” y como muy involucrado en la comunidad polaca del lugar donde vivían. Tenía fama de buen narrador de historias, y entretenía a la gente con sus chistes y cuentos. Físicamente era corpulento y le gustaba bailar, cantar y comer; le encantaba bailar la polca. Permanecí con ella un buen rato mientras reflexionaba sobre la vida de Bill desde muchas perspectivas, tanto propias como de otras personas. Ellen dibujó para mí la figura de un hombre maravilloso lleno de vida y de amor.
Al ir trascurriendo ese día llegaron a acompañarlos algunos amigos quienes enriquecieron las historias que Ellen me había compartido. Durante el trabajo que mi puesto de trabajadora social demandaba en la unidad, periódicamente entraba al cuarto y escuchaba de sus amigos los pequeños detalles que reflejaban lo adorable que era Bill. Se reían al contar los dulces recuerdos de su vida, de las salchichas y cerveza predilectas, pero más que nada hablaban de la polca que bailaba. Yo empezaba a entender la vida de Bill en forma significativa, a pesar de no haber tenido oportunidad de cruzar con él ni una sola palabra.
HACERLE FRENTE AL DISCURSO DOMINANTE DE DUELO.
En este contexto -junto a la cama de un moribundo- el tiempo es algo muy apreciado, y yo estaba consciente de esto, así las preguntas que hice a Ellen fueron muy conscientes y precisas, no había mucho tiempo para que ella se preparara para la muerte de su esposo; tampoco podía darse el lujo de usar el tiempo para terminar “asuntos pendientes” con él, o para irse acostumbrando a una vida sin la presencia física de Bill. No existía una planeación de antemano con una lista de los pasos a seguir para progresar convenientemente en el duelo, la situación era la cruda realidad de la vida y de la muerte. Mi deseo era ayudar a Ellen para que rápidamente encontrara historias prácticas de esperanza, para eso en vez de enfocarme únicamente en su muerte las preguntas que formulé eran para invitarla a celebrar la vida de su esposo. No le pregunté si había algo necesario que decirle a su esposo antes de que muriera; tampoco asumí que sería algo funesto y que se acrecentaría su dolor si ella no pronunciaba palabras de cierta importancia en la despedida final. En vez de esto, escogí conscientemente no seguir los discursos dominantes que se usan en estas circunstancias: “qué horrible” “te tomará mucho tiempo el sobreponerte” “vas a necesitar ayuda o un grupo de soporte para elaborar el duelo.” Preferí asumir que existían historias alternativas a la historia trágica, aunque en este momento no estuvieran muy claras ni con el tamaño suficiente para ser dominantes. Yo creo que en medio de lo que parece ser una gran tragedia siempre hay algo bueno que puede nacer, y que hay muchas posibilidades de reír y amar ante la presencia de la muerte y el dolor.
Tenía también interés de conocer a Bill a través de los ojos de Ellen y de los ojos de otras personas. Preguntarle sobre la opinión que otros tenían sobre él, era con la intención de resaltar y engrosar el conocimiento que ella ya tenía de la presencia de Bill en un contexto de familia y comunitario. En situaciones de mucha presión, nuestras comunidades, en todas sus formas y clases, sirven como audiencias sanadoras (Myerhoff, 1980; White, 1997). La intención en mis preguntas era que Ellen recordara las comunidades que ella y Bill habían establecido y de alguna manera las tuviera en mente para poder echar mano de los recursos que estas personas podían brindarle en este momento y en el futuro.
Algunas de mis preguntas eran específicamente para crear el espacio donde Ellen pudiera incorporar la presencia de Bill a su propia vida e identidad en una forma más enriquecedora (White 1989, 1995, 1997). A través de este proceso mi esperanza era que después de la muerte de Bill, ella estuviera en la disposición de continuar la relación con su esposo y que la voz de él estuviera a la mano para ser su guía y su consuelo; también estaba esperanzada en que en este momento y en el futuro, las personas de la comunidad en donde Ellen se desenvolvía tuvieran un papel activo en esto, que fueran una audiencia virtual o tangible en el acrecentamiento de la relación entre Ellen y Bill.
MANTENIENDO VIVA LA VOZ DE BILL
Pregunté a Ellen como había estado Bill cuando murieron sus hijos, quería saber como se habían ayudado uno al otro en esas dificultades y saber la conciencia que tenía Ellen de su resiliencia. Me contó que durante ese tiempo tan comprensiblemente espantoso, encontraba consuelo en las palabras y en los brazos de su esposo, y yo me preguntaba qué se imaginaría ella que su esposo diría de su resistencia para afrontar este momento. “Si en este momento Bill pudiera hablar” le pregunté, “¿de qué diría que está orgulloso de ti en estos momentos?, ¿qué notaría?, ¿se daría cuenta de lo estás haciendo y diría que lo estás haciendo bien?, ¿tendría la expectativa que la fuerza de los 42 años que llevan de matrimonio hubiera contribuido para que estuvieras preparada para vivir esto?
También hice preguntas sobre qué es lo que él diría acerca de su relación matrimonial ¿qué diría de ellos como pareja? Y Ellen habló de lo que él creía de ella y de su matrimonio, Bill la describía como una persona “animosa” especulando que también la veríamos salir adelante de esta situación. Habló de lo mucho que se habían divertido juntos y volvió a mencionar lo mucho que le gustaba a Bill la música de polca, le gustaba su ritmo y su brío. Este recuerdo encajaba perfectamente en la imagen que tenía de Bill respecto a la forma como encaraba la vida.
Según el discurso dominante sobre la muerte y el duelo, este sería justo el momento de despedirse, pero mi intención era diferente, yo quería saber cual había sido el impacto que este hombre había tenido en Ellen, en sus hijos y en los demás, y para esto la estaba invitando intencionalmente a participar en el proceso de reflexión sobre este impacto, para aumentarlo y llevarlo más allá de la vida e inmortalizarlo ante sus ojos. Para enriquecer el texto de estas maravillosas anécdotas, se necesitaban preguntas que inyectaran vitalidad a los detalles (White1995, 1997; Freedman & Combs, 1996). Había que traer imágenes y anécdotas de la vida de Bill y enriquecer su complejidad para que estuvieran claramente iluminadas, en vez de tratarlas como algo que se estaba apagando dentro de su conciencia.
Yo pienso que ninguna persona quiere ser olvidada cuando muere, y tampoco las personas que quieren al ser querido les gustaría olvidarlo cuando esta muriendo o cuando ya murió. El discurso dominante sobre el duelo apoya el olvidarse del ser querido que muere, y aconseja sobreponerse al dolor y seguir adelante (Vickio 1999). Yo creo que esto desacredita la riqueza de las historias que todos llevamos dentro de nosotros. Al hacer preguntas generadoras de lo que Ellen imaginaba sobre las experiencias que Bill había vivido, la estaba invitando a acompañarme en el recordar de Bill (Myerhoff 1980; White 1995, 1997). En este proceso la ilusión es que Bill continúe presente en la vida de Ellen, en una relación importante y vital.
En vez de entrar a la vida de esta mujer bajo la certeza de saber lo que necesitaba para poder decir un adiós final a su marido, entré asumiendo que, aunque de una forma diferente, la relación entre ellos continuaría aún después de que él muriera. La estaba invitando a dar el paso para entrar a nuevas formas de relacionarse con él; y esto demandaría un gran trabajo de su parte. Para que la voz de Bill permaneciera viva en su mente, la voz de “su otro internalizado” (Tomm 1987a, 1987b, 1988, 1995) tendría que ser mucho más activa en las futuras conversaciones, puesto que ya no estaría físicamente la voz de Bill para reforzarlas. Yo quería que su presencia estuviera siempre a mano para ella, aún a la hora de su muerte, cuando Ellen tuviera que negociar personalmente con esos terribles y retadores momentos. Mis preguntas estaban concientemente dirigidas a estimular la confianza que Bill tenía en ella y así una y otra vez, esta confianza se revitalizara. Me imaginaba que de hoy en adelante, en los meses siguientes, Ellen tendría que volver sobre todo esto y tendría que volverse más experta para llamar a la voz de Bill en forma poderosa.
Yo asumía que Ellen tenía bastante sabiduría, especialmente por la forma en que ya había manejado la adversidad. Algunas de estas fortalezas habrían brotado de los grandes apuros que ambos habían enfrentado en la muerte de sus hijos. Además, no había certidumbre de que Ellen hubiera tenido el tiempo y la oportunidad, todavía, para describir lo vivido como fortalezas, por eso mis preguntas estaban diseñadas para llevar la historia más adelante e invitarla a reflexionar acerca de lo bien que había manejado todas las situaciones.
Esta clase de pensamiento y la forma de preguntar es completamente diferente al discurso dominante sobre el duelo. Las construcciones predominantes tenían el potencial para etiquetar a Ellen diciendo que estaba sufriendo de algún tipo de reacción ante el duelo. Yo no estaba interesada en seguir este tipo de conversación. Estos modelos, basados en ideas de deficiencia, solamente inhiben las habilidades para lidiar con los problemas y boicotean nuestra confianza (Gergen1994; Winslade & Monk 1999). En vez de eso, mi interrogatorio era al mismo tiempo pragmático e intencionado para tener acceso a sus historias no-escritas sobre su valentía y sus fortalezas. Este tipo de conversación resalta la habilidad de la gente para encarar la ocasión y manejar las cosas que creían no poder manejar. La vida para Ellen seguiría de una u otra manera y a pesar del breve contacto que habíamos tenido, mi preocupación era el tipo de experiencia que sacaría al continuar su vida en estas circunstancias. ¿Cómo podía acrecentar la probabilidad de que dentro del proceso de la muerte de Bill, se incluyeran las cosas positivas y que Ellen las reflexionara y las utilizara para reinventar su relación con su marido?
Mis preguntas eran una invitación a dar el paso hacia una postura ética del cuidado de sus propios recursos, resaltando su propia historia como la de una persona de alto calibre, valentía y resiliencia.
LOS ÚLTIMOS RITOS
Esa tarde, uno sus amigos trajo un walkman y música de polca. Ellen había comentado que una persona en coma aunque no esta conciente sí puede oír, así colocaron el aparato a los oídos de Bill y los que estábamos en el cuarto podíamos escuchar también los ritmos de la polca. Todos los amigos estaban disfrutando al relatar anécdotas referentes a la polca, cuando llegó el sacerdote católico, que Ellen había solicitado para impartirle a Bill los santos óleos. El ritual, con sus bendiciones y rezos, se llevo a cabo acorde a la vida de Bill, es decir con un fondo musical de polca.
No permanecí con ellos durante el día y cuando regresé al anochecer, encontré a Bill todavía con los audífonos puestos escuchando la música de polca. A pesar de que no había tenido ningún signo de respuesta, Ellen parecía mucho más confortada y me contó que imaginaba a su esposo riendo irreverentemente ante la imagen del sacerdote administrando el sacramento a un hombre que al mismo tiempo oía música de polca saliendo a todo volumen de un walkman. “Él también hubiera gozado la ironía”, dijo.
Le pregunté si se imaginaba que Bill estaba bailando y sus ojos se iluminaron cuando me contestó: “va bailando en su camino hacia Dios” Y le pregunté: ¿crees que esta satisfecho con esta forma de morir? Ellen pensaba que sí. Platicamos otro poco sobre la idea de que bailaba en su camino hacia Dios y cómo esta era la manera adecuada a la forma de vivir de Bill, era como “morir con las botas puestas” una metáfora también apropiada en este caso. Nos despedimos Ellen y yo con un abrazo y le agradecí la oportunidad que me brindó de conocer a Bill a través de su mirada llena de amor.
UNA METÁFORA QUE RESUENA
El momento no era predecible; si yo hubiera buscado una etapa de duelo en particular, podría haber ignorado la enorme riqueza que tenía frente a nosotros. Juntos construimos una metáfora que tenía el poder de resonar en la conexión con la vida. Mientras conversábamos, se fue creando una historia alrededor de la metáfora, que no estaba inspirada en ideas universales sobre las etapas de duelo que Ellen tendría que recorrer. Tampoco se consideraba la situación como una tragedia pues creamos una historia positiva con la esperanza de que tuviera el impacto suficiente para ayudar a Ellen a dar forma a esta experiencia de la muerte de su esposo. Era una historia ligera y llena de humor, no una historia para lamentar y cargada de un pesado dolor.
Su sonrisa llena de bondad me indicaba que la historia le había ayudado en este momento y yo tenía la esperanza que esta historia continuara teniendo el potencial tranquilizador y cicatrizante para Ellen. Me la imaginaba en el funeral, diciéndole a la gente la manera en que Bill había muerto: “Bailando su camino hacia Dios”, y también me la imaginaba dentro de varios años, contándoles a sus nietos esta historia cuando les platicara sobre la vida de su abuelo. Esta era una historia de gran esperanza y una herencia positiva que nació de un breve momento, una historia de valentía y de amor que acompañaría a Ellen el resto de su vida.
Esta historia de alguna manera encapsula la forma en que trabajo con las familias en un espacio hospitalario, en donde he encontrado que la práctica narrativa es sumamente beneficiosa.
Mi trabajo enfatiza los siguientes principios:
• Afirmar que la vida y la relación con la persona sigue y no se entierra definitivamente con la muerte.
• Apreciar cómo la emergencia de la muerte da oportunidad para relatar y vivir anécdotas llenas de amor, esperando que perdurarán por mucho tiempo después.
• Hacer preguntas para generar afirmaciones y recuerdos ingeniosos de estos momentos, para que en el futuro sean útiles cuando se recuerden y se reflexionen.
• Usar preguntas para resaltar el pensamiento creativo dentro de las restricciones de realidades que en otro contexto serían fijas, como el tiempo y la proximidad.
• Buscar junto con las personas los recursos que pueden sacar de sí mismos para manejar los retos de transición que la muerte trae consigo.
• Utilizar el poder y la flexibilidad de una historia para trascender la mortalidad física.
• Promover la remembranza de las vidas y las relaciones.
• Rechazar la propuesta de que para lograr un manejo saludable de la crisis originada por la muerte de un ser querido, la gente tiene que completar el proceso de despedida y dejarlo ir.
Estos principios se refieren a una forma diferente de pensar en el duelo y en la muerte. Yo creo que es un acercamiento respetuoso. Para esto se requiere que me involucre suavemente con las personas en los momentos de desafío y trabaje con ellas en la co-construcción de historias de esperanza y amor.
Esa noche, me despedí con la esperanza de que estos breves momentos hicieran una diferencia a través del tiempo en la vida de Ellen. Había estado involucrada en sus vidas solamente por tres o cuatro horas durante el día, me enteré que Bill había muerto dos horas después de que me fui. Tenía 67 años cuando bailó su camino hacia Dios.
Nota: Para respetar la privacidad de las personas, en este artículo fueron cambiados los nombres y la información que podría ser identificada.
DEDICATORIA
Este artículo está escrito para dar honor a Fred den Broeder. El mismo día en que supe que esta historia ya estaba en prensa, Fred murió. Su lucha contra el cáncer me recordó lo que es la valentía, la bravura y la persistencia, y también me hizo pensar en la fragilidad de nuestro cuerpo. Amigo, recordemos que siempre hay una nueva buena porra: ¡¡¡Hurra!!!!
REFERENCIAS
Anderson, H.1997: Conversations, Language and Possibilities. New York: Basic Books.
Freedman, J. & Combs G. 1996: Narrative Therapy: The social construction of preferred reality. New York: W.W. Norton.
Gergen, K. 1994: Realities and Relationships. Cambridge: Harvard University Press.
Gilligan, S. & Price, R. 1993: Therapeutic Conversations. New York: W.W. Norton.
Klass, Silverman & Nickman 1996: Continuing Bonds: New Understandings of Grief. Philadelphia: Taylor & Francis.
Myerhoff, B. 1980: Life Not Death In Venice. In Turner, V. & Bruner, E. (eds) 1986: The Anthropology of Experience. Chicago: The University of Illinois Press.
Tomm, K. 1987a: ´Interventive interviewing: Part I. Strategizing as a fourth guideline for the therapist´ Family Process, 26:3-13.
Tomm, K. 1987b: ´Interventive interviewing: Part II. Reflexive questioning as a means to enable self-healing´ Family Process, 26(2):167-183.
Tomm, K. 1988: ´Interventive interviewing: Part III. Intending to ask lineal, circular, strategic or reflexive questions. ´Family Process, 27(1):1-15.
Tomm, K. 1995: ´Co-constructing healing elements of mind´ Narrative Ideas and Participants Conference, Vancouver, British Columbia.
Quigley, C. 1999: The Corps: A History. Jefferson, NC: McFarland & Company.
Vickio, C. 1999: ´Together in spirit: Keeping our relationships alive when loved one dies´ Death Studies, 23(2), March.
Wass, H. & Neimeyer, R. (eds) 1995: Dying: Facing The Facts. Washington, DC: Taylor & Francis.
White, M. 1989: ´Saying hullo again.´ In Selected Papers. Adelaide: Dulwich Centre Publications.
White, M. 1995: Re-Authoring Lives: Interviews & Essays. Adelaide: Dulwich Centre Publications.
White, M. 1997: Narrative of Therapists´Lives. Adelaide: Dulwich Centre Publications.
Winslade, J. & Monk, G. 1999: Narrative Counseling in Schools. Thousand Oaks, CA:Corwin Press.
EL DUELO
Por: Mónica Duarte
El duelo es un tema amplio que puede ser abordado desde diferentes puntos de vista, en esta ocasión nos centraremos brevemente en cuatro enfoques: el psicoanalítico, el narrativo, el vivencial y el sociológico.
Freud aborda este tema en su escrito titulado Duelo y Melancolía (1917) y plantea en primera instancia que el duelo o aflicción es un proceso normal como consecuencia de la muerte de un ser querido o de una pérdida en una situación amorosa. La melancolía por otra parte es una respuesta patológica a una situación de pérdida.
En ambos casos existe un estado de ánimo doloroso, una pérdida de interés por el mundo exterior, una pérdida de la capacidad de amar y una inhibición general de todas las funciones psíquicas. Sin embargo, existe una diferencia y es que en la melancolía Freud incluye otro síntoma que no está en el duelo y que es la pérdida de la autoestima, lo que se traduce en autorreproches.
La resolución del duelo implica que el sujeto vaya comprendiendo gradualmente que el objeto amado ya no existe más, o sea, la aceptación de la pérdida.
El planteamiento anterior corresponde al pensamiento estructuralista moderno de mediados del siglo XX.
Ahora expondremos las ideas desarrolladas desde la Narrativa y el Construccionismo Social, dentro del post-modernismo y el post-estructuralismo, ideas que han ampliado y enriquecido la forma de entender la muerte y el duelo.
Michael White en 1998 publica un trabajo motivado por sus experiencias terapéuticas con personas que han sido diagnosticadas como dolientes de “duelo retardado” o patológico y han sido tratados bajo modelos normativos y/o medicamentos.
White plantea que el modelo normativo busca que las personas digan ADIÓS al ser querido que murió. La experiencia relatada de la personas es que parece que hubieran perdido el propio sentido de sí mismos junto con la persona amada. Desde el punto de vista de White, seguir el modelo normativo no capacita a las personas a reaccionar y enriquecer sus vidas, y de ahí surge la metáfora de decir HOLA de nuevo, que implica reivindicar la relación con el ser amado perdido.
Lorraine Hedke plantea desde esta visión narrativa que el pensamiento moderno dicta que para recuperarse del dolor por la pérdida hay que “dejarlo ir” y “aprender a vivir sin ella o él”, pero la idea es cambiar esta concepción de que la muerte es un final por la que es una invitación a tener una nueva forma de relacionarse con ese ser querido difunto. (www.rememberingpractices.com)
White plantea que para reivindicar esta relación, en las conversaciones terapéuticas se plantean preguntas que invitan a hacer un recuento de lo que los dolientes percibían como experiencia positiva desde el punto de vista del fallecido. Un ejemplo: Si te estuvieras viendo ahora a través de los ojos de (nombre del difunto), ¿qué rasgos de ti mismo podría él (ella) apreciar?
Otro punto de vista más vivencial de la muerte (no narrativo pero que aporta ideas interesantes al tema) está expuesto en El Adulto Huérfano en donde Alexander Levy plantea que la muerte de los padres a mitad de la vida despierta sentimientos de soledad, recuerdos de pérdidas anteriores, conflictos no resueltos y dudas en relación al propósito de la vida. Implica enfrentarse con la pérdida de las ilusiones de protección que mueren junto con ellos. No importa la relación previa con los progenitores, los padres proyectan una ilusión de permanencia, y son la primera y más poderosa certeza de continuidad de nuestras vidas.
Levy resalta que no hay bibliografía sobre el tema porque hay una creencia de que el que los padres mueran a la edad adulta es algo normal, y socialmente se espera que como adultos la recuperación del duelo sea más rápida y vivida en privado. Todavía a principios del siglo XX la muerte era parte de la vida cotidiana: el nacimiento y la muerte se realizaban en la misma casa; los cuerpos de los viejos o de los jóvenes eran tratados por igual. Pero en la cultura occidental contemporánea se excluye al moribundo de la familia y es llevado al hospital, el muerto es preparado por la industria funeraria. Apenas es suspendida la rutina para hacer el duelo.
Para finalizar, el último punto de vista está relacionado con la visión de la muerte como ritual. El significado de la muerte se define socialmente, y la naturaleza de los rituales funerarios, del duelo y del luto reflejan la influencia del contexto social en donde ocurren. El sentido y razón de los rituales funerarios se ha asociado a ritos de transición como lo son el nacimiento y el matrimonio. Tienen como finalidad acompañar simultáneamente al difunto por su paso al más allá, así como aliviar el dolor de los parientes.
Hay ritos que unen al difunto con los vivos, como las preparaciones del aseo funerario, el velatorio, y los que los separan, como la cremación o el entierro. También hay ritos del recuerdo que tiene que ver con las fiestas religiosas o los aniversarios mortuorios. Todos los ritos están cargados de un fuerte simbolismo y la interpretación se realiza acorde con la cultura y la religión a la cual está vinculado el rito.
“Todo rito por extraño o trivial que parezca, tiene un sentido profundo. Como expresión de lo que no puede ser dicho, pone de manifiesto el espíritu de cada religión, haciendo coexistir por un tiempo la vida, la muerte y lo divino.“ (www.oraciones.com.es)