NOTICIA:
Ya está a la venta en Amazon el libro “Narrative Practice: Continuing the Conversations” de Norton Publications, que contiene los escritos de Michael White que hasta ahora no habían sido publicados. Además, para construir el último capítulo, Cheryl White pidió a personas de diferentes partes del mundo, testimonios sobre la Narrativa y sobre el legado de Michael. Tuvimos el honor Leticia Uribe y Ángeles Díaz Rubín (Cuqui Toledo) como integrantes de Terapia Narrativa Coyoacán de representar a México. A continuación les compartimos lo que escribimos y que quedó en los archivos de Michael White en la página de Dulwich Centre.
Consulten: http://www.dulwichcentre.com.au/narrative-practice-continuing-the-conversations.html
Traducción de los artículos publicados en inglés en Dulwich Centre, archivo M. White
Enero 2011
PRACTICANTES DE NARRATIVA COLABORANDO EN MÉXICO
Leticia Uribe
Me parece que la evolución más esperanzadora que se está desarrollando a mi alrededor tiene que ver con la formación de grupos de terapeutas interesados en la práctica narrativa –grupos que actualmente están practicando, estudiando y enseñando las ideas narrativas en diferentes contextos. Esto significa, por un lado, que más gente está teniendo contacto con las prácticas narrativas a través de talleres y cursos, así como a través de la terapia y el trabajo comunitario. Por otro lado, esto crea la posibilidad de desarrollar ideas narrativas que se apliquen de una forma más cómoda a nuestro contexto cultural. Lo que más me gusta de estos grupos es que estamos colaborando unos con otros sin ningún sentido de competencia o rivalidad.
Desde el momento en que empezamos a trabajar juntas, hemos hecho un esfuerzo por entender y asimilar el concepto de identidades multi-historiadas, así que nos hemos “entrenado” a nosotras mismas para dejar detrás las miradas uni-historiadas entre quienes conformamos el grupo. Esto nos ha llevado a un lugar de respeto, admiración y reconocimiento de las fortalezas y los valores de cada uno de los miembros del grupo. De esta forma, cada vez que hay una diferencia de opinión, podemos encontrar la forma de hacerla coexistir, en lugar de dejar que nos divida. Lo que expresa esto más claramente es el hecho de que hemos podido trabajar juntas durante casi siete años de manera horizontal, sin sentir diferencias de poder o necesidades de rivalidad individualista. Así que, a lo largo del tiempo, hemos desarrollado una buena amistad y una muy valorada relación personal entre nosotras.
Mi deseo es que más personas entren en contacto con las ideas narrativas en diferentes contextos de servicios de salud, trabajo comunitario e incluso en el servicio público en México. Creo que eso podría contribuir a generar modos de trabajo más diversos, abiertos y respetuosos y como consecuencia, esparciría un modo multi-historiado de entender nuestras identidades individuales y colectivas. De esta forma podríamos estar más en contacto con nuestras posibilidades como mexicanos, en lugar de enfocarnos sólo en los problemas nacionales y en nuestras “fallas” y dificultades culturales.
“SAYING HELLO AGAIN” EN MEXICO
Cuqui Toledo en México
Cuando Emily Sued murió y al año siguiente también Michael White, me entristecí al pensar que la práctica narrativa también se moriría en México, pero ahora pienso en forma diferente porque La Narrativa ha seguido creciendo: En octubre del año pasado, Marta Campillo escribió un libro de texto para aprender terapia narrativa; en el Congreso de Psicología de Chihuahua los talleres de David Epston y de Maggie Carey se llenaron al tope y la gente joven se sorprendió y se interesó en las ideas narrativas; Antonella Amicone trabaja en forma narrativa con un grupo grande de empleados gubernamentales en Cuernavaca y Alfonso Díaz ya ofrece el diplomado internacional en terapia y práctica narrativa, además de su trabajo comunitario en Oaxaca que está creciendo; nosotros, como parte del trabajo en el grupo Terapia Narrativa Coyoacán, trabajamos durante un año brindando capacitación en la práctica narrativa a 50 trabajadoras sociales, fue una experiencia muy grata ver como florecieron estas mujeres al tener contacto con las ideas narrativas.
Desde su comienzo, nuestro grupo de estudio en Terapia Narrativa Coyoacán ha tenido el propósito de seguir profundizando las ideas de Michael White. Cuando terminamos el diplomado #2 de Narrativa que dirigió Emily Sued, nos dijo: “Ya no hay un diplomado #3, ahora la responsabilidad de desarrollar la Práctica Narrativa en México es de ustedes”. Y cuando Emily murió, hicimos la promesa de cuidar este trabajo tan invaluable. Muchas veces la gente piensa que La Narrativa es una técnica más, y que se usa de forma “light”, pero definitivamente eso no es Narrativa. Cuando Michael murió, en el grupo estábamos estudiando su libro “Maps of Narrative Practices” y recuerdo que pensé que era el final de las ideas narrativas, pero empezaron a llegar las revistas Journal of Narrative Therapy and Community Work, llenas de nuevas ideas que brotan del legado que Michael dejó. Ahora la imagen que tengo de la terapia narrativa es que crece y seguirá creciendo dándonos nuevas perspectivas.
La Herencia personal y profesional que Michael me dejó:
Conocí a Michael la primera vez que vino a México, y le agradecí su maravilloso artículo “Saying Hullo Again” ya que había sido de gran ayuda para mí, me había dado energía para seguir en la vida. Cuando le estaba contando que mi hijo había muerto de SIDA hacia unos meses, noté que sus ojos se llenaban de lágrimas, pensé que la contaminación de la ciudad le estaba afectando y se lo pregunté, pero él me contestó: “Mis lágrimas son de dolor por la experiencia que has vivido”. Este fue el momento en el que decidí que esa era la clase de terapeuta que yo quería ser, tener la capacidad de unirme a las personas en la forma en que Michael se había acercado a mí. Desde entonces he seguido el proceso de incorporar a mi vida, cada día más, las ideas narrativas.
Parte de mi trabajo es en una escuela católica en donde entre otras actividades he organizado la celebración del “Día de Muertos”, y he descubierto que la tradición mexicana, la religión católica y la práctica narrativa tienen el mismo mensaje dicho en diferente forma; así las ceremonias para honrar a nuestros seres queridos difuntos resultan maravillosas, se viven con mucho respeto y alegría. Una religiosa, que fue directora de la escuela y ahora está en Cuba, me contó por e-mail que cuando visita a las personas que sufren por alguna enfermedad, se acuerda de las ideas narrativas que aprendió cuando conversábamos, y con esta forma les ayuda a que se sientan mejor.
Uno de los propósitos que tengo en la vida es seguir cultivando las ideas narrativas, es por eso que cada mañana, cuando despierto a un nuevo día, “digo nuevamente hola” a mi querido hijo, a Emily y a Michael y nos vamos juntos a vivir el día. Mi experiencia ha sido que soy más feliz viviendo de esta manera y también, que necesito de su ayuda para hacer mejor mi trabajo.
miércoles, 30 de marzo de 2011
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