El pasado 26 y 27 de Julio se llevo a cabo en
la Ciudad de México el Primer Encuentro
Internacional sobre Ciudades Seguras para las Mujeres. A continuación presentamos el texto de
apertura de Angélica Nadurille, Presidenta de la Colectiva Ciudad y Genero, con quien hemos colaborado en diversos
proyectos.
“Cuando salimos a la calle, nuestras
calles, muchas veces vamos caminando con miedo, mirando sobre el hombre por el temor de
sufrir una agresión, Cada vez que nos sentimos inseguras nuestra libertad,
nuestra autonomía y nuestras oportunidades de desarrollo se van limitando”.
Trabajar por
la construcción de ciudades más seguras, incluyentes, equitativas y
democráticas es una tarea que requiere Gobernanza, es decir: el compromiso de
todas y de todos; la voluntad política de los gobiernos y la participación de la ciudadanía. Implica además, la toma de conciencia sobre
nuestro derecho a la ciudad y; el reconocernos en una sociedad global
comprometida con los derechos humanos, específicamente con los derechos humanos
de las mujeres.
En este
Encuentro vamos a hablar sobre la importancia de construir ciudades más seguras
para las mujeres, sobre las experiencias
exitosas que se han llevado a cabo en otros países, en otras ciudades de México
y en el Distrito Federal. Nuestra ciudad, la Ciudad de México, que en esta y otras
muchas materias, se ha convertido en una
ciudad de vanguardia. No obstante, debemos enfocarnos en los retos para seguir
avanzando. Todavía queda mucho camino por recorrer.
Cuando los
espacios públicos son más seguros y cómodos, ofrecen un sinnúmero de
posibilidades para la participación de mujeres y niñas. Si logramos la eliminación
de la violencia e inseguridad que impiden que las mujeres y niñas usen los
espacios públicos libremente, sin miedo, tendremos más mujeres en la Cámara de diputadas y diputados, en las
dirigencias de los partidos políticos, en el gobierno y los municipios;
tendremos a mas mujeres como propietarias de sus viviendas así como directoras
y dueñas de empresas, pero también tendremos más hombres compartiendo las
responsabilidades domésticas y disfrutando de la crianza y cuidados de sus
hijas e hijos.
Pero para
atender la inseguridad no basta con iluminar una calles o tener más policías,
hay que tener en cuenta que para muchas mujeres, la pobreza y la desigualdad
tienen como resultado una mayor exposición a la inseguridad y al riesgo de
sufrir violencia. La pobreza aumenta el aislamiento de las mujeres, debilitando
sus redes sociales y por lo tanto el apoyo que pudieran recibir en situaciones
de violencia y agresión.
La
inseguridad y la percepción de inseguridad impiden que las mujeres y niñas
podamos usar y disfrutar completamente la ciudad y conduce a la existencia de
prejuicios injustos sobre las mujeres, como que siempre deben tener miedo, y
ser tratadas como “débiles”, “desvalidas”, “vulnerables” y por lo tanto necesitamos ser
protegidas.
Como ha
dicho Ana Falú, experta en estos temas, “Esto hace que las mujeres y niñas sean
víctimas del miedo, además de víctimas de violencia”.
En general,
las ciudades en las cuales los espacios públicos son utilizados con más
intensidad y por diversidad de personas, que llevan a cabo diferentes
actividades en horarios del día variados, son más seguras para todos, y
especialmente para las mujeres. Esto es porque la variedad y la diversidad
tienden a promover la tolerancia y la paz entre las ciudadanía. Además, si hay
más personas presentes, hay más “ojos mirando la calle”, lo cual hace más
difícil que ocurran robos o agresiones.
En política
se sabe que si dejamos un espacio vacío siempre será ocupado por alguien más,
en cuanto a la seguridad ocurre lo mismo, si dejamos de salir, de ocupar
nuestros espacios públicos, seguramente alguien más lo hará y la ciudad será
cada vez menos nuestra.
Excelente invitación Angélica, no puede construirse una ciudad segura si no es en comunidad, es parte de una salud integral el tener acceso a calles y espacios seguros de los que todas y todos son responsables. Gracias!
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