APLICACIÓN
DE LA TEORÍA DE LEV VIGOTZKY EN EL TRABAJO NARRATIVO CON NIÑ@S
Alejandra Usabiaga
En los años 30´s Vigotzky estableció su teoría lingüística llamada
“Evolutivo Experimental”, a partir de reproducir en el laboratorio el proceso
del desarrollo psicológico que se da normalmente a través del desarrollo
biológico. Estableció que el desarrollo psicológico se da a través de “saltos
revolucionarios fundamentales más que en base a incrementos cuantitativos
constantes”.[1]
Esto se ve en la vida diaria del niño como habilidades que aparenta adquirir
“de un día para el otro”; por ejemplo, un día el niño balbucea y otro día dice
palabras completas o bien en un momento dado no utiliza palabras abstractas,
pero cuando las empieza a utilizar aplica varias y no únicamente una.
La principal diferencia entre Vigotzky
y los lingüistas de su época consiste en que éste marca la parte social como el
elemento determinante de los saltos evolutivos, aun cuando reconoce una base
biológica. Los factores sociales “operan dentro de un marco biológico dado y
deben ser compatibles con éste, aunque sin ser reducidos a él”.[2]
Al describir su teoría sobre la
psicología infantil, mencionó que funciones como la memoria, la atención, la
percepción y el pensamiento, aparecen primero en un nivel básico, lo que quiere
decir que funcionan de manera involuntaria y están marcadas por el desarrollo
biológico exclusivamente. Posteriormente a través de los factores sociales se
ven forzados a evolucionar presentándose los saltos evolutivos, para lo cual se
utilizan ciertas herramientas, dentro las que menciona como una de las
principales al lenguaje. Una vez que estas funciones psicológicas evolucionan,
pasan de ser funciones elementales a ser funciones superiores.
Las características principales de las
funciones superiores son:
1)
Regulación
voluntaria.
2)
Realización
consciente de los procesos.
3)
Naturaleza
social de las funciones superiores: Vigotzky estableció que “no es la
naturaleza, sino la sociedad la que por encima de todo, debe ser considerada
como el factor determinante del comportamiento humano”[3]
4)
Mediación:
establece que al ser voluntarias estas funciones superiores, su realización se
da de manera consciente y social; presupone el uso de herramientas,
principalmente el lenguaje, y se utilizan para controlar la actividad propia y
de los demás.
Camila,
de 5 años de edad, fue traída a consulta por sus padres, que se encontraban muy
preocupados porque la niña presentaba comportamientos disruptivos tanto fuera
como dentro del salón de clases, además de “hablar como niña chiquita”. Debido
a que los resultados del trabajo se debían entregar a la escuela estableciendo
un diagnóstico, con el fin de que pudieran manejar a la niña dentro del salón
de clases, se le realizó un estudio profundo sobre el lenguaje donde se
identificó que presenta un “Trastorno Fonológico” que significa un problema de
inconsistencia en la articulación; es decir a veces pronuncia de manera
correcta y en otras ocasiones articula de manera incorrecta la misma palabra.
Además, Camila cumple con las características establecidas para un problema de
“Déficit de Atención con Hiperactividad” según establece el DSMIV, se deduce
que el problema que presenta Camila en su lenguaje, se encuentra relacionado
con una dificultad para automonitorearse, situación que se hace evidente
también en su comportamiento. Pareciera que la niña no cuenta con los
mecanismos necesarios que le permitan centrar su atención hacia aspectos que
son importantes para ella, como es el escuchar su propia articulación, o identificar
aquellos comportamientos que molestan a los demás. Según la teoría de
Vigotizky, la atención de Camila no ha llegado a ser un proceso superior.
Edgar
es un niño que fue traído a consulta cuando contaba con 3.6 años de edad,
debido a que la escuela lo remitió por ser “muy agresivo”. Al realizar la
visita escolar, se pudo observar que Edgar no podía convivir con sus
compañeros, ya que sin previo aviso los golpeaba con el puño cerrado y no había
manera de separarlo. Los compañeros no deseaban sentarse junto a él y tenía una
sombra (una profesora que lo acompañaba a todas partes para evitar que
golpeara) pero en cuanto ella se descuidaba, Edgar golpeaba a quien estuviera
cerca de él. Llegó el momento en que la escuela pidió a los padres que
retiraran al niño de la escuela, ya que los padres de familia de los compañeros
manifestaron que sus hijos tenían miedo de asistir a la escuela. La misma
situación se presentó en la siguiente escuela a la que asistió Edgar.
Tanto
el caso de Camila como el de Edgar son especiales dentro de mi práctica terapéutica,
ya que además de haber llegado a mi consultorio de manera casi simultánea, al
empezar el trabajo con ningún@ de l@s dos lograba externalizar el problema. En
ambos casos invertí tiempo y esfuerzo y parecía que al final era yo quien
estaba externalizando algo que ell@s no lograban identificar como algo con lo
que se conectaran, fue en ese momento que regresé a la teoría de Lev Vigotzky
identificando que, como establece Michael White al hablar del concepto de andamiaje,
seguramente la externalización estaba exigiendo un nivel muy alto para ell@s y
debía de regresarme a la zona de desarrollo próximo al que se encontraban en
cada uno de los casos.
Michael White explica la zona de
desarrollo próximo establecida por Vigotzky como “la distancia que existe entre
lo que la (el) niñ@ sabe y realiza de manera independiente y lo que es posible
que conozca y alcance en colaboración con los demás”[4]. White afirma que esta es una tarea
que la (el) niñ@ no logrará alcanzar a menos que se divida en porciones
manejables.
Buscando
la manera de dividir la externalización en porciones manejables para lograr el
trabajo con Camila y Edgar, recurrí a la fuente original, encontrando que, para
mí, la mejor manera de desmenuzar el conocimiento fue identificando el estado
de los procesos.
Vigotzky
establece que los procesos psicológicos pasan de ser básicos a ser superiores a
través de herramientas dentro de las que se encuentran el lenguaje y la
instrucción. En los casos tanto de Edgar como de Camila requerían de la ayuda
de un adulto para centrar su atención, memorizar procesos y guiar algunas
situaciones para hacer relaciones perceptuales, por lo tanto se infiere que
algunos procesos psicológicos importantes aún no habían llegado al nivel interpersonal
y continuaban en el nivel intrapersonal, en donde aún son mediados y conducidos
socialmente. Por ejemplo, cuando se le daba una instrucción a Camila o a Edgar,
había que asegurarse que l@s niñ@s habían puesto atención a la instrucción que
se le estaba dando, había que asegurarse que estaban viendo a la cara y se les
debía pedir que repitieran la instrucción que se les había solicitado realizar,
con el fin de asegurar que la escucharon y entendieron.
Se
utilizará el siguiente relato en donde queda en evidencia el nivel de los
procesos psicológicos de Camila, según la descripción de Vigotzky. Al iniciar
la actividad se le dijo, “pon atención, vas a utilizar el sonido de la
serpiente al final de las palabras para que se hagan muchos (manejo del plural),
por ejemplo yo digo pie y tú dices pieSS”. “¿Entendiste? Repíteme lo que vamos
a hacer”. En este caso los procesos de atención, memoria y pensamiento están
siendo guiados a través de la instrucción, y la meta en este y en todos los
casos es que se generen mecanismos que permitan controlar dichos procesos. Para
Vigotzky cuando se alcanza dicha meta, es cuando los procesos son
interpersonales y por lo tanto voluntarios. Es decir que cuando Camila logre
centrar su atención con sólo escuchar la frase “vamos a hacer…”, además de
verbalizar por sí misma cuando una instrucción no le quedó clara, entonces
dichos procesos psicológicos se encontrarán en un nivel superior.
Para que las funciones psicológicas
pasen de elementales a superiores, se requiere del proceso de internalización.
Vigotzky concibe la internalización como
un “proceso donde ciertos aspectos de la estructura de la actividad que se ha
realizado en un plano externo pasan a ejecutarse en un plano interno”[5]. Considera la actividad externa como
los procesos sociales, mediando semióticamente (a través del significado de las
palabras) siendo esto lo que da lugar al funcionamiento interno.
Algunos de los factores que establece
Vigotzky con respecto a la internalización son:
-
La
internalización no es una copia de la realidad, más bien es un proceso de
desarrollo interno de la conciencia.
-
La
realidad externa es de relaciones sociales
-
El
funcionamiento de la internalización se relaciona con las formas semióticas
externas.
-
La
conciencia interna es de naturaleza cuasi-social.
La internalización se observa cuando la
(el) niñ@ va adquiriendo control y regulación de la conducta además del dominio
de sí mism@, conductas que se ven en el ámbito social en donde convive. De esta
misma manera irá internalizando las normas, valores, costumbres, etc. Al
respecto White menciona el concepto de pensamiento complejo establecido por
Vigotzky, como aquel que “provee las bases para el desarrollo de conceptos
sobre la propia identidad y la vida”[6]
Durante el proceso de internalización,
el lenguaje cotidiano del niño se va transformando en pensamiento. Conforme se
van perfeccionando estos pensamientos, el niño va pasando de un pensamiento
concreto, que se genera a través del contacto con los objetos, a un pensamiento
abstracto, en donde el niño es capaz de evocar el objeto sin la presencia
física del mismo. Cuando el lenguaje ha sido generalizado, el niño puede hacer
generalizaciones de una palabra o concepto.
Tanto
en el caso de Camila como en el de Edgar, se deduce que el proceso de
internalización no ha sido alcanzado. Camila por una parte, no ha llegado a
utilizar el lenguaje como un mediador de su conducta, son las personas que se
encuentran junto a ella quienes le marcan las conductas que están siendo
desarrolladas de manera correcta y las que no, tanto en el lenguaje como en su
comportamiento. Por ejemplo, cuando se realizó la visita escolar se pudo
observar que tanto sus compañeros como sus profesores le marcan las palabras
que están mal pronunciadas. Camila, en algunos momentos parece poner atención y
trata de repetir la palabra de manera correcta, sin embargo en otros momentos,
pareciera no escuchar y sigue adelante ignorando lo que se le dijo.
Se
observó también que su compañera de banca se quejaba de que Camila invadía
parte de su espacio con sus cosas. Cuando la compañera se enojó y empezó a
poner las cosas de Camila en la banca de ésta, la niña parecía no darse cuenta
o por lo menos no le puso atención al asunto, ya que continuó buscando en su
mochila lo que quería sin siquiera voltear a ver a su compañera.
En
el caso de Edgar, pareciera más que evidente que los procesos aún se mantienen
a nivel intrapersonal, ya que no logra siquiera darse cuenta cuando golpea. Al
preguntarle directamente ¿por qué le pegaste? no es que el niño no sepa, es que
verdaderamente no encuentra una razón que lo llevara a realizar la conducta, pareciera más bien
que el golpear es una conducta instintiva que no pasa por ningún tipo de
proceso psicológico previo.
Camila
y Edgar han internalizado las costumbres y valores con respecto al correcto
funcionamiento social, pero no lo han logrado ver en su propio funcionamiento.
Al preguntar a Edgar a través de juegos ¿está bien pegar? el niño no sólo tiene
claro que no es lo correcto, sino que reconoce las consecuencias del
comportamiento como es el quedarse sin amigos o no poder ir a la escuela que le
gusta.
Camila
por su parte, al pedirle que analizara en una película lo que hace un personaje
que incomoda a las personas que la rodean, pudo decir claramente “no está bien
que tome las cosas de otros sin pedirlas”, sin embargo, la maestra de Camila
describió que en una ocasión la niña tomó el sacapuntas de su compañera de
banca sin pedirlo, y cuando su compañera se enojó, Camila se enojó de la misma
manera argumentando “que no fuera exagerada, era sólo por un momento”, fue
necesaria la intervención de la maestra para que la niña comprendiera que se
encontraba realizando una conducta no propia según nuestros valores y
costumbres sociales. Con este ejemplo se reitera el hecho de que para la niña
el lenguaje no es un medio de control de la conducta y los procesos
psicológicos aún no se han convertido en un medio de control de conducta y
adaptación social; es decir el concepto de respeto en el medio de su escuela aún
no ha sido generalizado por la niña, ella puede ver cuando alguien más hace
algo fuera de lo esperado socialmente, pero no logra verlo en si misma.
Lev Vigotzky también define la zona de
desarrollo próximo como la distancia entre “el nivel de desarrollo real del
niño tal y como puede ser determinado a
partir de la resolución independiente de problemas”[7]
y la zona de desarrollo en la que se encuentra el conocimiento que va
adquiriendo, de tal manera que éste tenga significado para él. Por ejemplo,
cuando un(a) bebé empieza a gatear, si le ponemos el estímulo muy cercano a
donde se encuentra no requerirá de hacer esfuerzo para alcanzarlo y por lo
tanto no desarrollará la habilidad y conocimiento que estamos buscando; por
otro lado, si ubicamos el objeto atractivo demasiado lejos, no significará un
estímulo que desee alcanzar.
En
lo referente a la zona de desarrollo próximo, se deduce que tanto en el caso de
Edgar como en el de Camila, las expectativas que se tienen de su comportamiento
aún se encuentran muy alejadas, razón por la cual no han podido alcanzarlas.
En
el caso específico de Camila, cuando se le pide que siga una instrucción, ella
sola no logra poner atención y entender la instrucción la mayoría de las veces,
sin embargo cuando el adulto se asegura que Camila vea a los ojos y escuche,
existen muchas posibilidades de que la niña la cumpla, siempre y cuando la
instrucción sea clara y única.
El
objetivo del trabajo terapéutico con Camila consiste de dos partes, por un lado
se busca que pueda automonitorear sus producciones verbales y con ello
identifique cuando pronuncia de manera errónea. Por otro lado, se busca que logre
automonitorear su conducta e identificar los momentos en los que su
comportamiento molesta a las personas que se encuentran junto a ella. Ambos
objetivos se encuentran relacionados con un nivel superior al que la niña ha
logrado alcanzar ya que detenerse a verse a si misma implica un proceso
interpersonal, además de que el automonitoreo es una función superior a la
atención.
En
el caso de Edgar, se busca que logre controlar su comportamiento agresivo,
además de adquirir habilidades sociales que le permitan relacionarse desde el
respeto y el cuidado de los otros, esto implica un nivel de desarrollo demasiado
alto en relación a aquel en el que se encuentra.
Buscando
encontrar la mejor manera de seguir las ideas de la teoría de Lev Vigotzky,
tanto en el caso de Camila como en el Edgar, los expuse a través de videos y
películas, a comportamientos no aceptables socialmente en otras personas. Le
pedí a algún@s niñ@s que actuaran situaciones en donde se aventaban, provocaban
algún tipo de pleito, contestaban mal, regresaban el golpe como solución al
problema, etc. Tanto para Camila como para Edgar fue sencillo identificar la
conducta inapropiada en otr@s.
El
siguiente paso fue grabar las actividades que teníamos dentro del consultorio.
Al terminar la actividad revisábamos juntos el video buscando que identificaran
en sí mism@s su comportamiento mientras trabajábamos en la actividad. Tanto
Camila como Edgar lograron identificar las conductas apropiadas socialmente en
sí mism@s al verlas en video, así como aquellas que pueden traerles
consecuencias negativas, como son el arrebatar los objetos, no respetar turnos
o no atender a las instrucciones. Al principio cuando identificaban su propia conducta
inapropiada, ambos tendían a reírse y a no verbalizar la conducta. Sin embargo,
con el uso continuo de la estrategia, amb@s lograron identificar y nombrar la
conducta no aceptable socialmente.
El
siguiente paso fue grabar a Camila y a Edgar en actividades en donde había más
niñ@s. Ambos fueron puestos en antecedentes de que haríamos la misma actividad
que en el consultorio, como sabían que serían grabad@s, en un principio tendían
a cuidar mucho sus conductas.
Por
último, se invitó en diferentes sesiones a las personas cercanas a Camila y a
Edgar y se buscó que nombraran conductas del niñ@ que en los últimos días les
hubieran molestado. En el caso de Camila se invitó a su mamá quien dijo que la
conducta que deseaba desaparecer eran los constantes pleitos de ella con su
hermano. Fue en este punto en el que se logró la externalización del problema y
se pudo trabajar desde la terapia narrativa, y según especificó la mamá de
Camila, la niña ahora ya lograba detenerse la mayoría de las veces ante el
impulso de arrebatar o empujar.
En
el caso de Edgar, se invitó a sus hermanas a una sesión. Sofi de 5 años y Pau
gemela de Edgar, mencionaron los aspectos del comportamiento de su hermano que
les molestaban; Sofi mencionó un momento en el cual Edgar le clavó un lápiz en
su mano mientras ella le ayudaba con un trabajo. Pau no dijo nada que le
molestara de Edgar pero mencionó que extrañaba no estar con él en el mismo
colegio y que no le gustaba que todos los regañaran porque pega.
Fue
después de esta sesión que Edgar logró externalizar a Tobi e identificar
momentos en los que le deja el control de su vida y momentos en los que él
logra tener el control y por lo tanto tener amigos y que no lo regañen, etc.
Basándonos
en la teoría de Lev Vigotzky se deduce que acercando a este nivel el
aprendizaje se llegará a la zona de desarrollo próximo, que una vez alcanzada
le permitirá llegar al siguiente nivel: auto monitorearse como un proceso
superior sin la ayuda de la instrucción.
Como ya se mencionó, para Vigotzky la (el)
niñ@ está listo para pasar a la siguiente zona de desarrollo o bien para dar
otro “salto revolucionario” cuando logra la resolución de los problemas de
manera independiente en el nivel donde se encuentra.
Con
el trabajo propuesto tanto con Camila como con Edgar, se han ido logrando
avances en el control y autorregulación de su comportamiento. Sin embargo es
difícil definir qué tanto fue porque llegaron por si mism@s, como parte de su
desarrollo, a la “zona de desarrollo próximo”, y qué tanto fue debido al
trabajo terapéutico en donde intenté acercarlos por medio de actividades
específicas que los llevaran a alcanzar la zona de desarrollo siguiente.
Finalmente lograron llegar a la madurez evolutiva necesaria para lograr
externalizar el problema y con ello al manejo del mismo.
En
el caso de Camila el aspecto más difícil a trabajar ha sido el lenguaje, la
utilización de videos ha sido la actividad que parece darle más herramientas
para llegar al automonitoreo.
En
este caso, en donde se está trabajando con un trastorno fonológico, la teoría
de Lev Vigotzky ha proporcionado una explicación clara cuando habla del
funcionamiento de los procesos psicológicos implicados en la correcta
articulación del lenguaje. Mientras los procesos de atención, memoria y
percepción se encuentren en un nivel básico, la niña no logrará automonitorear
su conducta y utilizar los procesos antes mencionados a voluntad. Es necesario
tomar en cuenta la zona de desarrollo en la que se encuentra con el fin de
darle las herramientas que le ayuden a la internalización de dichos procesos de
manera que pueda guiar su conducta lingüística sin ayuda de los adultos que la
rodean (instrucción).
Es desde la teoría de Lev Vigotzky que
se han establecido los parámetros a seguir en el establecimiento de los
objetivos y actividades de intervención.
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York. Norton.
Querid@s Alejandra y Coyocan,
ResponderEliminarPor ahora solo agradecer los constantes esfuerzos por compartir su trabajo, lo valoramos por aquí...
Abrazos,
Ítalo y Caro