UNA
PIEDRECITA PARA TU BOLSILLO
Tomoko
Yashiro
En
estos momentos del fin de año de 2012, quiero presentarles dos cuentos escritos
por un monje budista, Thich Nhat Hanh*, con el objetivo de explicar el budismo a
los niños. Me pareció que estos cuentos tienen bases filosóficas que son
sumamente compatibles con la perspectiva de la terapia narrativa. He compartido
estos cuentos con algunas personas adultas y familias que vienen conmigo en las
sesiones terapéuticas, y estos cuentos han ayudado mucho a abrir el tema del enojo,
de la frustración y de la violencia en general, de manera muy natural desde la
postura de la externalización del problema (el problema, hay que remarcarlo, es
estrictamente el propio problema, y de ninguna manera la persona es “el problema”),
de la declaración de la postura (cada quien puede decidir qué relación quiere
establecer con las realidades construidas alrededor de sí mismo, incluso con el
problema, lo cual propicia la construcción de nuevas posibilidades y
realidades), del ausente pero implícito (en los actos y emociones de cada
persona siempre están implícitamente presentes distintas cosas que esa persona
valora en su vida…), de la construcción de las historias preferidas (recuperar
los episodios y las historias de las personas que están más conectadas con las
cosas que esas personas aprecian en su vida, las cosas que han hecho con una
intención positiva, las cosas que han preferido, mismas que no concuerdan con
la auto-descripción negativa rígidamente establecida de sí mismo), etc.