Por
Diana Rico
El Árbol de la Vida es un enfoque
narrativo colectivo para trabajar con niñxs vulnerables, que provee caminos
para que puedan compartir sus habilidades, destrezas, esperanzas y sueños. Es
una metodología desarrollada por Ncazelo Ncube (en Sudáfrica) y David Denborough (del Dulwich Centre,
Australia). Se desarrolló originalmente para el trabajo con niñxs vulnerables
en Sudáfrica que han experimentado muchas pérdidas debido al VIH/SIDA y muy
frecuentemente viven situaciones de negligencia, abuso y/o violencia. Ha sido
aplicado en países como Canada, Rusia, Brasil, Nepal, Chile, los territorios
palestinos, Australia, México, Grecia, Ecuador, etc. Se ha utilizado con niñxs
en diferentes contextos incluyendo grupos de refugiados y niñxs inmigrantes;
niñxs de comunidades indígenas; estudiantes cuyas comunidades han sufrido algún
desastre natural (inundación); grupos de adolescentes que han sido expulsadxs
de la escuela; y niñxs que han vivido violencia doméstica, negligencia, abuso
físico y emocional en sus familias.
El Árbol de la Vida consta de cuatro
partes: en la primera parte las
personas dibujan su propio árbol de la vida, en el que identifican sus
destrezas y habilidades, esperanzas y sueños, personas significativas. Cada
parte del árbol simboliza aspectos particulares de sus vidas y su
comunidad.
A grandes rasgos, las raíces
simbolizan a nuestros ancestros, el origen e historia familiar (de dónde
venimos); aspectos valorados y sabiduría de nuestro origen: nuestros ancestros,
nuestro país de origen, nuestra gente, nuestra familia, nuestras tradiciones.
La tierra representa el presente; nuestra vida, intereses y
pasatiempos cotidianos: las actividades en las que estamos involucrados y de
las que nos nutrimos.
El tronco corresponde a nuestras
habilidades, destrezas, creencias y valores, que han guiado nuestra vida.
Las ramas se refieren a las
esperanzas, sueños y deseos que tenemos para nuestra propia vida y la vida de
las personas significativas.
Las hojas representan las
personas significativas (vivas o muertas; pueden ser mascotas, personajes
ficticios, grupos, organizaciones, etc.). ¿Qué es lo que hizo que estas
personas fueran especiales para nosotros?
Los frutos corresponden a los
regalos que hemos recibido durante nuestra vida (pueden ser materiales o no;
pueden ser valores o algo que se aprecia).
Algunos
terapeutas incluyen flores (o pájaros) en el árbol de la vida, que
representan la contribución que hemos hecho o quisiéramos hacer a la vida de
las otras personas/ nuestra comunidad/ nuestro planeta. ¿Cuál ha sido nuestra
contribución a las personas que nos rodean? ¿Cuáles son los legados que
queremos dejar a lxs demás?
mos dejar a lxs demás?
La segunda parte corresponde
al bosque de la vida y éste se forma juntando los árboles de cada participante,
formando un gran bosque y apreciando las diferencias y semejanzas de los
diferentes árboles.
La tercera parte se refiere a
“cuando llega la tormenta”, en la que se identifican las dificultades que han
enfrentado las personas y las formas en las que han respondido a ellas. En un
primer momento se conversa sobre las dificultades que enfrentan los árboles
cuando llega la tormenta y posteriormente se identifican los momentos difíciles
que pueden experimentar las personas y los recursos que tienen para enfrentar
estos retos que les presenta la vida.
En la cuarta parte se otorgan
certificados, con el objeto de asegurar que las personas participantes se van
con un reconocimiento rico de sus habilidades y destrezas y los vínculos con lxs
adultxs significativos en sus vidas.
El Árbol de la Vida ha probado ser muy útil en muchos países y en diferentes
contextos. También se ha usado para el trabajo con adultos. En lo personal lo
he utilizado con niñas en una casa hogar, con un grupo de niñxs que enfrentaban
la muerte de su papá o mamá, con familias en zonas marginadas de México y con adultxs
en contextos educativos, entre otros. Muchos terapeutas narrativos le han
puesto su toque personal. A mí me gusta comenzar conversando sobre los árboles
que conocen y cómo son los árboles que hay donde ellxs viven. Después les
muestro fotos de árboles de diferentes formas y colores, provenientes de
diversos lugares del mundo e intercambiamos ideas sobre los árboles y sobre lo
diferente que somos los seres humanos. En los certificados me agrada incluir la
foto de su árbol de la vida, señalando además sus habilidades, esperanzas y
sueños.
Hay
diferentes propuestas para la elaboración de los árboles de la vida, como
utilizar diferentes técnicas de terapia de arte (ej: collage) para conformar
los árboles.
Se
puede utilizar el Árbol de la Vida con diferentes metáforas. Por ejemplo, Ítalo Latorre,
de Chile, ha propuesto la Banda de la Vida, basado en la
metáfora de la música. Una propuesta de Daria Kutuzova, de Rusia, es The
Christmas Tree of the Year, cuyo objetivo es evaluar el año que está
culminando. Se podría trabajar sobre la
Receta de la Vida, el Río de la Vida y utilizar diversas metáforas de
acuerdo al contexto donde estemos trabajando.
El
trabajo del Árbol de la Vida se puede enriquecer con otras prácticas
narrativas como una ceremonia de definición a través de testigxs externxs o la
elaboración de un documento colectivo.
Te
invito a utilizar esta útil herramienta para el trabajo terapéutico y compartir
tus experiencias.
Para
conocer más y compartir tus experiencias consulta:
es bueno
ResponderEliminares bueno
ResponderEliminares bueno
EliminarMuy interesante y bien explicado. Gracias.
ResponderEliminary el origen porfa
ResponderEliminar