Mónica Duarte
En los últimos años he
tenido un especial interés en las imágenes como herramienta en las
conversaciones narrativas. Lo que me motivó a incluir imágenes en las
conversaciones con quienes me consultan, fue el aprendizaje en el taller de
Maggie Carey[1]
precisamente sobre el mismo tema. Fue
muy inspirador para mí porque a través de los ejercicios propuestos en el
taller, experimenté lo poderoso y evocativo que puede ser una imagen en lo
personal, y también las conexiones y la
resonancia[2] que se logran con las
historias e imágenes de otras personas dentro del taller.
Cuando empecé a ponerlo en
práctica, me di cuenta que era un tipo de trabajo tan intuitivo como versátil. En
estos años también he notado que hay personas que no se conectan tanto con las
imágenes, mientras que otras tienen verdaderas epifanías después de un trabajo así.
La propuesta de trabajo
consiste en lo siguiente: Mantengo una colección de imágenes impresas, postales
y fotografías principalmente, que he ido compilando en estos años; les propongo
a mis consultantes realizar un trabajo diferente, utilizando las imágenes; si
aceptan las pongo en el piso para que seleccionen libremente, bajo una consigna
variable. según la conversación con cada persona, lo que hace que las posibilidades
sean infinitas.
Por ejemplo, a un
adolescente de 14 años le propongo el trabajo al iniciar la sesión: le digo que
le pondré diversas imágenes en el piso y él va a escoger las imágenes que se relacionen o tengan que ver con lo que ha
aprendido en el año. Acepta gustoso e inicia la búsqueda. Le comento que no
lo piense demasiado, que las imágenes le llaman a uno, y que puede tomar el número
de imágenes que quiera. Comenzamos a hablar de las imágenes en el orden que él
escogió.
– “Platícame de esta imagen, ¿que representa?”
–
“Esta imagen del paisaje representa que estoy más abierto, que he ampliado mis
horizontes en temas de amistad, de relaciones, he salido más. También
representa la tranquilidad, este año descubrí la música que me gusta escuchar,
la música es algo que me relaja…”.
–
“Esta imagen que escogiste, ¿qué crees que dice de ti? ¿o qué representa de ti?”
– “Que soy como
muy abierto, que siempre quiero llegar más lejos… además, esta imagen me
recuerda un viaje que hice en sexto de primaria que me gustó muchísimo, siento
que ahí empecé a madurar…”
En el ejemplo anterior, el
chico se conectó intensamente con el ejercicio, y las imágenes que escogió, un
total de 9, las dividió en temas: 1) Tranquilidad, naturaleza, abundancia, 2) Emociones
y 3) Cambio.
Las imágenes ayudan en la
expresión, en la verbalización y para la conexión con temas y experiencias centrales
en la vida, y ayudan a esa conexión inmediata y
central. La racionalización en este caso se subordina y la imagen
prevalece como idea, deseo, expresión de deseos y profundidad.
Por eso el trabajo con las
imágenes y el enfoque narrativo son tan compatibles: porque la conexión con las
historias preferidas de la persona es inmediata. Se conecta directamente con lo
valorado de la personas, y también hay una comunicación directa con la agencia
personal.
El papel del/la terapeuta
es ser facilitador/a para que este proceso se dé, y esto es posible por medio
de preguntas adecuadas que permitan favorecer las asociaciones que conectan
directamente con lo valorado, con lo mas preciado de la persona.
En el siguiente ejemplo, a
diferencia del anterior, el trabajo con imágenes se propuso a la mitad de
iniciada la conversación, y surgió como propuesta para elaborar sobre un tema
en especial. Este es un ejemplo de la intuición, en el sentido de que el/la terapeuta
debe estar abiertx para proponer algo que ayude a un mejor entendimiento de la
situación que está planteando la persona que consulta.
Se trataba de una mujer de
30 años que recientemente había terminado su relación de pareja después de 6
años, y comentaba en la sesión sus dudas e incluso confusión respecto a sí
había sido una buena decisión que la relación terminara. Después de unos 20
minutos de conversación me vino la idea de trabajar con las imágenes, se lo
propuse porque estaba sintiendo que la sesión estaba tomando tintes circulares,
pues ella es psicóloga y la racionalización es un recurso muy socorrido por lxs
colegas. Mi propuesta fue la siguiente: “Me
gustaría proponerte un ejercicio diferente: trabajar con imágenes. Te voy a
poner estas tarjetas con imágenes en el piso y te quiero pedir que escojas las
imágenes que representen lo que te gustaba de tu relación, lo que más
disfrutabas; cuando hayas terminado, escoge las imágenes que representen lo que
no te gustaba de la relación. No te detengas demasiado al escogerlas, no lo
pienses mucho, déjate llevar por las imágenes que te llamen.”
Escogió tres imágenes del
primer tema y tres del segundo. Comenzamos hablando de lo que mas le gustaba de
la relación, a través de la primera imagen que escogió, una medusa, la cual
representaba los viajes. En particular, la medusa representaba un viaje muy
importante en el que habían ido a un acuario. Expresó que los viajes los
disfrutaban mucho, y su expareja los organizaba y planeaba detalladamente, ella
admiraba eso de él.
Este es un primer
acercamiento al tema y podría haber pasado a la siguiente imagen, pero la
experiencia de estos años me ha llevado a saber que hay aún más conexiones y
que hay personas que acceden a ellas y otras prefieren quedarse en ese escalón.
Intente bajar más y le pregunté: “¿Qué
representa para ti la medusa? ¿qué te gusta de la medusa que te llamó la
atención?”. Respondió: “Son bonitas,
suaves y delicadas. Me llama la atención su movimiento, no te les puedes
acercar porque pueden ser peligrosas”.
Con esta explicación traté
de bajar un escalón más: “¿Qué relación
encuentras entre esto que me dices, con tu relación o contigo?”
Después de pensarlo un poco
ella me contestó: “Bonita por fuera y
peligrosa… yo creo que no me podía acercar mucho a él, quise compartir mucho y
él se puso a la defensiva. Yo me sentí rechazada, él no se mostraba sensible a
lo que a mí me dolía; yo pensé que no quería que me doliera y para que eso
sucediera me fui distanciando… Yo puedo ser esa medusa, bonita y delicada pero
me defendía de lo que me dolía…”
Este ejercicio dio un
cambio radical en el tono de la conversación y especialmente en la perspectiva
del tema, las dudas y la confusión se dispersaron y hubo una conexión directa
con la agencia personal, con la idea de que las decisiones que había tomado
respondían a lo que ella espera de una relación de una pareja.
Es claro en estos ejemplos
que las imágenes seleccionadas desatan una cadena de asociaciones de aspectos
muy íntimos de la persona, y las imágenes específicas permiten sacar a la luz sus
tesoros personales, sus recuerdos profundos más valorados, que orientan la
reflexión y ayudan a recuperar convicciones, ideas, sueños y esperanzas de lo
que quieren para su vida: yacían ahí pero ahora se expresan por medio de la
imagen seleccionada. La conexión con una imagen evocativa le da fuerza a la persona
que consulta, le motiva, le impulsa a reflexionar.
El uso de imágenes en libre
selección abre el panorama, da pie a otras perspectivas o entendimientos, se conecta con
el lenguaje simbólico, metafórico, pues es un lenguaje de profundidad que toca
fibras de contenidos valiosos, que permiten reconocer lo mas preciado para la
persona. De hecho, el lenguaje de las
imágenes no es secuencial, ni estructurado, ni cronológico, sino que es
atemporal, asociativo, con un toque de espontaneidad.
Gastón Bachelard señala que
vivir el mundo es imaginarlo, participar de un colectivo ancestral de imágenes
con fuerte carga afectiva, que organizan la relación del ser humano con el
mundo exterior: las imágenes son representaciones dotadas de significación y
energía de transformación de lo real.[3]
Finalmente, esta reflexión
es fruto de una extensa labor que he ido desarrollando a lo largo de estos años
y que ahora relato intentando conceptualizar sus elementos. Me doy cuenta de
que quiero seguir reflexionado sobre esta aplicación de imágenes porque es deseable
hacer un seguimiento detallado con las personas que me consultan, especialmente
para quienes se conectan y convierten las imágenes en compañeras de viaje y
reflexión más constante en este camino de autoconocimiento, para poder lidiar
con los problemas que los aquejan.
[1] El Taller fue: El
uso de imágenes visuales como apoyo de las Prácticas Narrativas, noviembre
2012, México, D.F
[2] El término Resonancia,
muy utilizado en las prácticas narrativas, se refiere a la vivencia que tenemos
de sentirnos conmovidxs en el vinculo con lxs otrxs, ya sea a partir de una
idea, de un sentimiento, una vivencia etc. Proviene de la música y se refiere
al fenómeno de que la cuerda de una guitarra que se toca, resonara en la cuerda
afinada igual a la primera de otra guitarra cercana.
[3] Cfr. Bachelard, G., Psicoanálisis
del fuego, 1966.
Gracias Moni, me recuerda la importancia de explotar. Más este recurso y la conexión de las imágenes con esos significados que no podemos fácilmente nombrar pero que se conectan con los dolores y esperanzas más profundas. Las veces que yo he utilizado imágenes en las conversaciones he sentido que alcanzamos juntxs una altura majestuosa desde donde ver la vida. Un abrazo amiga
ResponderEliminar