TESTIMONIO DE LA EXPERIENCIA VIVIDA EN LATINO HEALTH ACCESS DE CUQUI TOLEDO Y MIREIA VILADEVALL
NOVIEMBRE 2012
NOVIEMBRE 2012
Por Ángeles Díaz Rubín (Cuqui Toledo)
TESTIMONIO DE LA
EXPERIENCIA VIVIDA EN LATINO HEALTH ACCESS DE CUQUI TOLEDO Y MIREIA VILADEVALL
NOVIEMBRE 2012
¿Qué fue lo que más te impacto de
la semana que vivimos en nuestro viaje?
CUQUI: Ya América Bracho nos
había contado tanto sobre Latino Health Access y cómo se hace el trabajo
comunitario, que ya sabíamos mucha teoría, pero verlo en pantalla grande y a
todo color es algo difícil de decir con palabras.
Desde el gusto y calidez con que la familia de América y Félix nos
recibieron. El edificio de LHA, al abrir la puerta ver "El Ojo de
Dios" que nos recibía, esa majestuosa artesanía hecha por las manos
cariñosas de la gente de la comunidad. Luego ver el derroche de color en todo
el material que nos tenían para la hechura del altar y toda esa gente tan
cálida, entusiasta y cooperadora. Ya lo comentamos el primer día después de 12
o 14 horas de "trabajo", (como dice el dicho: "cuando el trabajo
te gusta deja de ser trabajo"), no había cansancio.
Fue impresionante, cada quien
haciendo lo que le gusta hacer, nadie tratando de ser experta, solamente
gozando lo que se iba logrando, felicitándonos unos a otros... ¡vivimos la
horizontalidad! Y pensaba... como dice el Presidente Obama: "Yes, we
can". LHA es un ejemplo de que "Sí se puede" lograr una
verdadera comunidad. Creo que eso fue lo que más me impactó, esa horizontalidad
sin competencias, esa cariñosa hermandad comunitaria que hace del trabajo un
gozo. Y ¡bueno!, las pláticas con los promotores y promotoras y luego las
ceremonias, la apertura de "tacitas vacías" con las que nos
aceptaron, fueron un regalo para mí.
MIREIA: La fraternidad. La
ilusión con que fuimos recibidas y el amor con el que fuimos tratadas. La
facilidad que tienen en Latino Healt Access para hacerte sentir, desde que
cruzas la puerta, como parte de algo más grande, para hacerte sentir parte de
Latino.
Es impresionante la facilidad que la gente tiene allí para hablar y
actuar desde el corazón. Cada uno de sus miembros habla y actúa desde allí y lo
hace con un fin claro: el bienestar común. Allí no hace falta llegar con
máscaras o con caretas se te quiere y se te acepta por lo que eres. Me
impresionó la libertad de ser y de ser aceptado por decidirte y comprometerte a
ser quien eres, y por a dar a los demás lo mejor de ti para recibir, a cambio,
lo mejor de los demás. América, Latino, Nena, Sarahí, Félix y todos en fin son
un curso intensivo de respeto, amor, reciprocidad y compromiso. Un curso que
cuando se toma queda grabado en el alma.
También me impresionó la manera
en que haces magia. La haces cuando haces en tu ceremonia y cuando hablo
contigo y cuando convivo contigo. Cuqui, haces fácil lo difícil, y haces de
cada pequeña cosa de la vida un evento extraordinario, mágico, lleno de vida y
de ALEGRIA
Si describieras la experiencia
con una imagen ¿Qué sería?
MIREIA: Como un gran abrazo. Me imagino el edificio de Latino con
sus dos alas dividas por la puerta de entrada como dos grandes brazos abiertos
y su puerta como un gran corazón esperando recibir y dar; un corazón que nace y
se renueva con cada nueva entrada. Un corazón que cálidamente te arropa Y la
casa y la familia de América como hermoso Oasis de sabiduría, mucha sabiduría y
amor, ¡y mucho sentido del humor! Hoy me imagino paseando contigo, Cuqui, por
los jardines del oasis y me imagino echando sano desmadre juntas (pos no puede
ser de otra manera, ¿verdad?)… inventando no sé cuántas cosas (porque aún
tenemos mucha cuerda de dónde cortar) y veo las sonrisas de todos. Y siguiendo
tus preguntas te pregunto ¿Cómo supo América que nos llevaríamos de pelos?,
¿que nos podríamos coordinar? ¿Que nos la pasaríamos tan requete bien? ¿Qué
íbamos a inventar no se cuántos bailes y que todo iba a salir bien?
CUQUI: Muchas veces me sentí como en un movimiento de Taichi que se
llama "remar con la corriente" en donde no hay que hacer el esfuerzo
de remar, solamente mover el remo imaginario moviendo el cuerpo con la energía
del agua tranquila del río. Y así también fue nuestra coordinación en las exposiciones;
pensar que nuestra amistad se componía de cuatro encuentros desde que nos
conocimos... ¿cómo supo América que nuestro trabajo sería un éxito cuando nos
invitó? ¿Cómo sabía que congeniaríamos? ¿Cómo sabía que me cuidarías de acuerdo
a mi acta de nacimiento? Es uno de sus muchos dones... Para mí, la mejor imagen
de LHA es que es una probadita de cielo, del Reino de Dios. Nombrar con sus
nombres a "Los Ángeles de LHA", ya ves que eso de los nombres no se
me da, además al nombrar a unos y dejar fuera a otros perdería la
horizontalidad. Solamente puedo decir que en mi imagen del cielo aparecían los
diferente ángeles, siempre atentos para chiquearme, para compartir comida
deliciosa, para darme mi "personal time", para llevarme a las
compritas, para, para...
¿Y qué de lo que vivimos tocó tu
propia vida?
CUQUI: Me hizo valorar muuuchooo,
muuuchooo, el legado que Michael White me dejó con esta forma diferente de dar
reconocimiento a nuestros seres queridos difuntos, "Decirles Hola" en
vez de solamente llorarlos y tratar de decirles adiós que es algo feo y una
mentira, pues es algo imposible de lograr. Sentí la fuerza que tienen Las
Prácticas Narrativas para la vida, para la terapia y para el trabajo
comunitario, afiancé que esto es lo mío.
Me dio mucha seguridad en el trabajo
sentir que desde México nos mandaban mucha buena vibra y que mi hijo Jorge
Eduardo, Michael, Emily y todos nuestros seres queridos a los que dedicamos las
celebraciones nos acompañaban. Al cantarles "Las Mañanitas" a
nuestros seres queridos difuntos, ver el entusiasmo de los que cantábamos era
la muestra de que nuestra misión se había logrado, ya nadie lloraba por sus
muertos enterrados, todos habíamos dicho: "Hola".
MIREIA: La pericia con que
todos fluimos. Hubo momentos en que no hacían falta las palabras. Todos (tu, yo
y todas) nos conectábamos en el mismo viaje como si nos hubiésemos puesto de
acuerdo y cómo si lo hubiésemos hecho millones de veces antes.
Descubrí la fuerza y la importancia del lenguaje del corazón. Descubrí
la necesidad de ser menos neurona y más corazón. Menos racional y más sensible
sin ser sensiblera. Tan sensible como para poder encontrar esa esencia que nos
hace vernos en los demás y ser vistos en los demás, que nos hace sentirnos
hermanos con quien tenemos al lado. Descubrí todas las cosas maravillosas que
se pueden construir cuando al dolor se le da su nombre, su lugar y su espacio y
se descubre la vida que está detrás de él.
Me tocó de manera particular el
hecho de que, hermanada con gente que acababa de conocer viví, pensé, sentí y
compartí, mi particular manera de decirle Hola a mi Laia y hacer de eso una
gran fiesta donde todos le cantamos a la vida y al amor que nos han dado y nos
siguen dando nuestros eres queridos
Y estas experiencias ¿cambiaron
algo en tu vida? ¿Cambió algo la forma de vivir tu propia vida y tu trabajo?
¿En dónde te encuentras ahora?
MIREIA: Me encuentro en la
necesidad de aprender el idioma del corazón, del alma. Necesito aprender a decir
de mejor manera Hola a la Laia y a todos los que me rodean. Descubrí la
necesidad de ver y ser vista desde el corazón pues muchas veces miramos a las
personas pero no las estamos viendo, es necesario hacerlo. Reconocerlas,
reconocerte, reconocer lo que nos une y lo que nos diferencia y nos hace
únicos. Descubrí la sabiduría de la frase de Javier Sicilia "La alegría
reúne pero el dolor une". Mientras no seamos capaces de ver nuestro dolor
y el de los demás, seguiremos mirando a la gente sin conocerla y reconocernos.
Pienso, como te dije en Santa Anna, que cada quien carga su saquito de
dolor. Hay quien se sienta en él y pretende que no existe hasta que el dolor le
acaba inflamando las hemorroides. Hay quien lo carga como losa, y hay gente que
se sabe dolida y sabe a los demás dolidos y a partir de allí construye los puentes
de vida y de alegría, sin negar su dolor pero sin hacerlo el centro de su vida.
Me gustaría aprender a hacer de mi dolor el combustible que me lleve, junto con
otras manos, otros ojos y otros corazones, a poder tender puentes cada vez más
sólidos, más amplios para la vida y la alegría.
Lo que viví con ustedes en esta semana en la que nos conocimos y
convivimos y compartimos y reímos, es un regalo que requiere ser compartido
para que su magia no de acabe y pase a ser sólo un bello recuerdo. Estoy en la
búsqueda de caminos para poder compartirlo en mi trabajo, en mi familia, con
mis amigos, no sólo como una experiencia si no como una manera de vida. Y en
estos días de incertidumbre, de dolor, de rencor, de desconcierto, de angustia,
trato de no dejarme deglutir por la situación de mi Universidad, de mis amigos,
de mis estudiantes, de mis compañeros. Trato de fluir desde lo positivo, lo
propositivo y lo amoroso… Pero creo que aún me falta mucho dominio de este
código porque la gente está un poco sacada de onda conmigo… ¿Cómo que no tengo
el ánimo agriado? ¿Cómo que no hago cara de funeral? ¿Cómo que no miento madres
y no le escupo el ojo a la rectora? ¿Cómo que sólo pienso en cómo volver a
hacer comunidad en mi Universidad y cómo que no me salgo de ese discurso? Y
cuando la tentación me lleva a salir de él, veo las fotos, o recuerdo alguna
escena de nuestro viaje y vuelvo a sonreír y a sentirme parte de algo más
grande.
Cuqui, me quedo también con la
idea de repensar las tradiciones. De usar la sabiduría de las generaciones
pasadas en clave moderna, es decir traduciéndola a nuestra manera de vivir,
sentir y pensar el mundo Las tradiciones nos unen como comunidad porque nos
unen con la sabiduría de los que ya no están. Sin embargo, si como todas
hicimos, los valores y significados que encarnan esa tradición los traducimos a
nuestro idioma y a nuestra realidad, esa tradición-celebración adquiere un
potencial y una fuerza totalmente nueva y sanadora. Cuqui, como le dije a
Sarahí, pienso que lo que hicimos esos dos días en LHA no fue poca cosa, fue
deconstruir y resignificar una celebración; una tradición donde todas nos
encontramos y donde se nos abrieron un montón de nuevos horizontes, fue
encontrarnos en un idioma que pocas sabían que hablaban las otras y que necesitamos
enriquecer conjuntamente.
CUQUI: Claro "el transporte" estuvo fuerte, ahora veo
mucho más claro el camino, estoy más consciente de mi responsabilidad en mi
trabajo profesional y la importancia de avalarlo con mi diario vivir. Cómo
siempre digo, "estoy al cuarto para las doce" y ese tiempito tiene
que ser intenso para dejar bien cimentado el granito de arena que me toca en la
construcción de un mundo más feliz, para los demás y por supuesto para mí... Me
vienen a la mente Los Ángeles de LHA, sus logros, su orgullo por su trabajo, su
respeto hacia el otro, su trato cariñoso, su testimonio de COMUNIDAD. GRACIAS
POR ESTA EXPERIENCIA y ARRIBA Y ADELANTE!!! Besitos: Cuqui
[1] Latino
Health Access es una organización no lucrativa dedicada a formar promotores y
organizar programas de prevención en salud comunitaria en Santa Ana,
California. Para mas información, visita www.latinohealthaccess.net
[2]
Para más información sobre esta ceremonia, visita nuestro post de octubre 2011 http://www.terapianarrativacoyoacan.blogspot.mx/2011_10_01_archive.html
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