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sábado, 22 de octubre de 2011

Celebrando con Seres Queridos Difuntos

Celebración de Día de Muertos basada en las ideas propuestas por la Narrativa, la religión cristiana y nuestra cultura mexicana. “SAYING HELLO AGAIN” 2011.

 Ángeles Díaz Rubín (Cuqui Toledo) 

 Cumpliendo mi promesa de publicar un artículo cada 2 de noviembre para dar reconocimiento a la vida de Michael White en la celebración tradicional mexicana del Día de Muertos, en esta ocasión voy a compartir mis significados preferidos del tema y la forma de celebrar “con” nuestros seres queridos difuntos, que he venido practicando y afinando en diferentes ocasiones. Esta idea me surgió desde las circunstancias en mi vida que me hicieron reflexionar ¿qué es la muerte? ¿Qué sé sobre la muerte? ¿Qué es para mí la muerte? Hoy pienso que la muerte es algo que inquieta a los seres humanos pues es un absoluto misterio. Se han propuesto sinnúmero de respuestas -y se seguirán proponiendo- con el fin de encontrar un significado propio y así llegar a aceptar la muerte como un hecho más de la vida. Desde la CULTURA: por ejemplo, para la antigua civilización egipcia, la muerte era la separación entre la vida y la resurrección; el hinduismo dice que la muerte es un mandato divino que protege el círculo de la reencarnación; y para los aztecas, el Mictlán o lugar de los muertos, como lo narra Netzahualcóyotl, era la frontera que dividía también a la vida y el “lugar donde no existe la muerte”. Y desde el Siglo XVI los mexicanos hemos hecho de la muerte una celebración que desde el año 2003 la UNESCO la proclamó Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, advirtiendo la necesidad de la preservación de esta fiesta en su pureza y su significación.

Las RELIGIONES también nos dan respuestas a la inquietud por la muerte, el CRISTIANISMO tiene una respuesta con muchos significados de redención, salvación y resurrección, desde una tristeza inicial que desemboca en unión y alegría, porque más allá de la muerte esta el triunfo de la vida. Por ejemplo nos dice: -Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en Mí aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí no morirá jamás (Juan 11, 25 y 26) -Y cuando este ser corrompible se revista de incorruptibilidad, y este ser mortal se revista de inmortalidad...(I Corintios 15,24) -…con los funerales ha de pasar también la tristeza, que una vida de miseria va contra el corazón (Eclesiástico 38,19)

Y desde la PSICOLOGÍA también hemos encontrado respuestas para la elaboración del duelo…La NARRATIVA partiendo de las conversaciones de Michael White y David Epston ha cambiado el discurso acostumbrado: “déjalo ir”, “ya déjalo/a descansar “ya olvídalo/a” “tienes que seguir la vida sin él/ella”, por una forma contraria: “Decir de nuevo Hola”. En la mayoría de los escritos que se han hecho sobre la muerte desde diferentes perspectivas se enfatiza que el significado debe servirnos para una mejor vida, y entonces…Reflexionemos: Desconectarse de una relación importante en nuestra vida ¿realmente se puede? ¿Te gustaría que cuando tú mueras, tus seres queridos se olviden de ti? ¿Somos tan omnipotentes que de nosotros depende que los difuntos “descansen”?. Decir “adiós” ¿es algo positivo? La tristeza y desolación que se siente ante la muerte ¿no será porque queremos decir “adiós” demasiado bien? ¿NO SERÍA MEJOR DECIR “HOLA”? Así, la enseñanza cristiana, la psicología narrativa y la cultura mexicana me han ayudado a encarar la muerte de mis seres queridos difuntos de otra manera, me ha permitido poder aprender a mirarlos con ojos espirituales, aprender a sentirlos y relacionarme con ellos de espíritu a espíritu. La inmortalidad comienza cuando la persona muere, es decir sigue viviendo pero de otra manera. ¿por qué hablamos en pasado y nos referimos solamente a lo que vivieron las personas cuando tenían vida corporal? Los seres queridos difuntos pueden seguir estando presentes en nuestras vidas si aprendemos “un nuevo idioma” para relacionarnos.

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