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martes, 4 de agosto de 2015

EL ÁRBOL DE LA VIDA


Por Diana Rico

    El Árbol de la Vida es un enfoque narrativo colectivo para trabajar con niñxs vulnerables, que provee caminos para que puedan compartir sus habilidades, destrezas, esperanzas y sueños. Es una metodología desarrollada por Ncazelo Ncube (en Sudáfrica)  y David Denborough (del Dulwich Centre, Australia). Se desarrolló originalmente para el trabajo con niñxs vulnerables en Sudáfrica que han experimentado muchas pérdidas debido al VIH/SIDA y muy frecuentemente viven situaciones de negligencia, abuso y/o violencia. Ha sido aplicado en países como Canada, Rusia, Brasil, Nepal, Chile, los territorios palestinos, Australia, México, Grecia, Ecuador, etc. Se ha utilizado con niñxs en diferentes contextos incluyendo grupos de refugiados y niñxs inmigrantes; niñxs de comunidades indígenas; estudiantes cuyas comunidades han sufrido algún desastre natural (inundación); grupos de adolescentes que han sido expulsadxs de la escuela; y niñxs que han vivido violencia doméstica, negligencia, abuso físico y emocional en sus familias.

El Árbol de la Vida consta de cuatro partes: en la primera parte las personas dibujan su propio árbol de la vida, en el que identifican sus destrezas y habilidades, esperanzas y sueños, personas significativas. Cada parte del árbol simboliza aspectos particulares de sus vidas y su comunidad. 

A grandes rasgos, las raíces simbolizan a nuestros ancestros, el origen e historia familiar (de dónde venimos); aspectos valorados y sabiduría de nuestro origen: nuestros ancestros, nuestro país de origen, nuestra gente, nuestra familia, nuestras tradiciones.

 La tierra representa el presente; nuestra vida, intereses y pasatiempos cotidianos: las actividades en las que estamos involucrados y de las que nos nutrimos.

El tronco corresponde a nuestras habilidades, destrezas, creencias y valores, que han guiado nuestra vida.


Las ramas se refieren a las esperanzas, sueños y deseos que tenemos para nuestra propia vida y la vida de las personas significativas.

Las hojas representan las personas significativas (vivas o muertas; pueden ser mascotas, personajes ficticios, grupos, organizaciones, etc.). ¿Qué es lo que hizo que estas personas fueran especiales para nosotros?

Los frutos corresponden a los regalos que hemos recibido durante nuestra vida (pueden ser materiales o no; pueden ser valores o algo que se aprecia).

Algunos terapeutas incluyen flores (o pájaros) en el árbol de la vida, que representan la contribución que hemos hecho o quisiéramos hacer a la vida de las otras personas/ nuestra comunidad/ nuestro planeta. ¿Cuál ha sido nuestra contribución a las personas que nos rodean? ¿Cuáles son los legados que queremos dejar a lxs demás?
mos dejar a lxs demás?

La segunda parte corresponde al bosque de la vida y éste se forma juntando los árboles de cada participante, formando un gran bosque y apreciando las diferencias y semejanzas de los diferentes árboles.

La tercera parte se refiere a “cuando llega la tormenta”, en la que se identifican las dificultades que han enfrentado las personas y las formas en las que han respondido a ellas. En un primer momento se conversa sobre las dificultades que enfrentan los árboles cuando llega la tormenta y posteriormente se identifican los momentos difíciles que pueden experimentar las personas y los recursos que tienen para enfrentar estos retos que les presenta la vida.

En la cuarta parte se otorgan certificados, con el objeto de asegurar que las personas participantes se van con un reconocimiento rico de sus habilidades y destrezas y los vínculos con lxs adultxs significativos en sus vidas.

El Árbol de la Vida ha probado ser muy útil en muchos países y en diferentes contextos. También se ha usado para el trabajo con adultos. En lo personal lo he utilizado con niñas en una casa hogar, con un grupo de niñxs que enfrentaban la muerte de su papá o mamá, con familias en zonas marginadas de México y con adultxs en contextos educativos, entre otros. Muchos terapeutas narrativos le han puesto su toque personal. A mí me gusta comenzar conversando sobre los árboles que conocen y cómo son los árboles que hay donde ellxs viven. Después les muestro fotos de árboles de diferentes formas y colores, provenientes de diversos lugares del mundo e intercambiamos ideas sobre los árboles y sobre lo diferente que somos los seres humanos. En los certificados me agrada incluir la foto de su árbol de la vida, señalando además sus habilidades, esperanzas y sueños.

Hay diferentes propuestas para la elaboración de los árboles de la vida, como utilizar diferentes técnicas de terapia de arte (ej: collage) para conformar los árboles.

Se puede utilizar el Árbol de la Vida con diferentes metáforas. Por ejemplo, Ítalo Latorre, de Chile, ha propuesto la Banda de la Vida, basado en la metáfora de la música. Una propuesta de Daria Kutuzova, de Rusia, es The Christmas Tree of the Year, cuyo objetivo es evaluar el año que está culminando. Se podría trabajar sobre la Receta de la Vida, el Río de la Vida y utilizar diversas metáforas de acuerdo al contexto donde estemos trabajando.

El trabajo del Árbol de la Vida se puede enriquecer con otras prácticas narrativas como una ceremonia de definición a través de testigxs externxs o la elaboración de un documento colectivo.

Te invito a utilizar esta útil herramienta para el trabajo terapéutico y compartir tus experiencias.

Para conocer más y compartir tus experiencias consulta:




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